La convocatoria del lunes de la Comisión Executiva Nacional Galega del PSdeG tiene como objetivo oficial el «seguimiento de la actividad interna» y el «análisis del contexto político actual». Pero detrás de esas generalidades, o eufemismos, se esconde la sacudida que están provocando en el socialismo gallego los casos de acoso conocidos de cargos del PSdeG, especialmente las seis denuncias que tiene sobre la mesa el presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte de Lemos, José Tomé. José Ramón Gómez Besteiro reunirá a la ejecutiva para cerrar filas ante las voces internas que cuestionan su liderazgo. Entre los puntos del día que se abordarán en la Comisión Executiva —en la práctica, la dirección del partido— estará la convocatoria de un Comité Nacional, el órgano máximo de dirección política del PSdeG entre congresos, que se reúne al menos tres veces al año. En el Comité participan, además de la Executiva, entre otros, diputados del partido, delegados de las asambleas municipales o portavoces provinciales. También un representante de las Xuventudes Socialistas, que precisamente llevan días reclamando la convocatoria del Comité Nacional para abordar esta crisis, «frenar el ruido y dar explicaciones transparentes». La gestión que el equipo de Besteiro ha hecho de las denuncias de media docena de mujeres contra el presidente de la Diputación de Lugo ha levantado ampollas en las filas socialistas. Importantes voces del partido, aglutinadas especialmente en torno a un manifiesto muy duro firmado por más de medio millar de militantes, entre ellos los expresidentes de la Xunta Emilio Pérez Touriño y Fernando González Laxe, señalan a la dirección del partido por no haber actuado con diligencia y transparencia ante las denuncias contra Tomé por acoso. Estas voces críticas, algunas de mucho peso en el partido, cuestionan de manera más o menos explícita el liderazgo de Besteiro. Pero ninguna, al menos por ahora, reclama abiertamente la dimisión del secretario general, quien el martes ya dejó claro ante la prensa que no pensaba echarse a un lado: «El que tiene que dimitir es el que acosa». En esa rueda de prensa, Besteiro también intentó utilizar el caso de un acoso laboral en Barbadás, Orense, por parte del alcalde, para tratar de exhibir agilidad y transparencia ante las denuncias contra cargos del PSdeG. Una de esas voces críticas es la de la alcaldesa de La Coruña, Inés Rey, impulsora junto a otras seis regidoras socialistas del mencionado manifiesto. Rey no es una cualquiera en las filas del PSdeG, pues en un partido en el que escasean los nombres de posibles sucesores, llegado el caso, de Besteiro, la alcaldesa coruñesa es una de las opciones que más suenan puertas adentro. En todo caso, pese al señalamiento velado hacia Besteiro que hizo hace unos días, cuando dijo que echaba de menos que ante las denuncias de acoso levantaran la voz «hombres poderosos» de su partido, Inés Rey insiste en que su futuro pasa por la política municipal. Este miércoles, preguntada por los medios, ha vuelto a repetir: «Mi trabajo es ser alcaldesa de La Coruña, no tengo ninguna aspiración de ningún tipo fuera de los límites municipales». También Abel Caballero marcó perfil al decir que la dirección del PSdeG «se equivocó» en la gestión de la crisis del caso Tomé, aunque en su caso está claro que el veterano socialista no tiene más aspiración que seguir coleccionando mayorías absolutas en Vigo. Los críticos dentro del PSdeG apuntan no sólo a Besteiro, sino también a la número dos del partido, Lara Méndez, y a la secretaria de Organización del PSdeG en Lugo, Pilar García Porto, por su supuesta falta de diligencia a la hora de gestionar esta crisis. La oposición va un paso más allá, y de la supuesta pasividad traza líneas hasta el «inadmisible silencio» . Este miércoles, el portavoz del Grupo Provincial del PP, Antonio Ameijide, ha acusado a García Porto de ser «encubridora» de los presuntos casos de acoso de Tomé a varias mujeres. «El silencio no es una opción cuando están en juego hechos tan graves», añadió Ameijide. Pero más allá de las cuestiones internas del PSdeG, que al menos a nivel autonómico vive su peor momento con sólo nueve diputados en la Cámara, está por ver qué consecuencias puede tener esta crisis para la gobernabilidad de la Diputación de Lugo. Allí, Tomé, pese a salir del PSOE, mantendrá su acta provincial como no adscrito y su voto sería clave para seguir apuntalando la alianza de socialistas y nacionalistas frente a los populares, que tienen mayoría pero no la suficiente. Hay menos dudas en Monforte, donde todos los concejales de Tomé le acompañarán al grupo mixto para mantener la Alcaldía.