Por primera vez un equipo francés se presentaba en la final de la Copa Intercontinental. El Paris Saint-Germain, que obtuvo el billete como campeón de la Champions League, acudía además a la cita celebrada en Doha como gran favorito ante el Flamengo, que adquirió su pasaporte gracias a coronarse en la Copa Libertadores y despejar el camino ante el Cruz Azul mexicano en el Desafío de las Américas y el Pyramids egipcio en la Copa Challenger. La tropa de Luis Enrique Martínez hizo gala de su condición con un triunfo, pero sin alardes, en la tanda de penaltis, espeso ante un digno rival que logró conducir el encuentro al aspecto físico.