La crisis entre Estados Unidos y Venezuela tiene el inequívoco trasfondo de los hidrocarburos. De acuerdo con estimaciones de la OPEP y la propia Agencia de Energía de EEUU de 2025, Venezuela posee las reservas de petróleo probadas más grandes del mundo: unos 303.000 millones de barriles. Estos números representan aproximadamente el 18% de las reservas globales y se encuentran concentradas en la llamada Faja Petrolífera del Orinoco. Se trata de un crudo extrapesado cuya extracción requiere tecnología especializada y altos costes. La producción actual, de unos 900.000 por día (bd), es menor a otros momentos más expansivos debido a una conjunción de factores: las sanciones internacionales de Washington, mitigadas durante parte del mandato de Joe Biden y restablecidas por Donald Trump, falta de inversión, problemas técnicos, dificultades operativas y una corrupción que ha obligado a las sucesivas destituciones de la presidencia de PDVSA.