Un buen menú debería tener más comida que filosofía, nada de narrativa de autoficción, y poesía la justa. De hecho, son la filosofía y la poesía las que deberían tener más comida, y sobre todo, más variada. En el pensamiento alemán, incluyendo el psicoanálisis, hay demasiado codillo de cerdo y demasiadas salchichas, y en la poesía francesa un exceso de mantequilla.