La política exterior viene siendo uno de los flancos más flojos de este gobierno. En especial los posicionamientos ante temas clave, como el conflicto en Medio Oriente o la crisis en Venezuela. Hace poco el canciller Lubetkin hizo comentarios perjudiciales para el país, criticando el premio Nobel a María Corina Machado, dejando pasar una preciosa oportunidad para quedarse callado. Ahora, su ministerio tuvo una actitud incomprensible ante el ataque terrorista en Australia. ¿Qué pasa?