Vox afronta esta antepenúltima semana del año, coincidente con la recta final de la campaña electoral en Extremadura, confiado en superar el trago amargo de un escándalo de envergadura que salpica su imagen como formación y que lleva varios días poniéndole en el disparadero de la vida pública. El ‘caso Revuelta’, nombre de la organización juvenil del partido, se pretende zanjar desde Bambú con el expediente abierto este miércoles al ya ex 'número dos' de Revuelta, Pablo González Gasca, después de los audios -publicados por El Pluras- y mensajes entre este y varios dirigentes de peso del partido, entre ellos el jefe de la delegación en el parlamento Europeo, Jorge Buxadé, o la secretaria general adjunta, Montse Lluis, publicados la última semana por El Mundo.