Señoras y señores, muy buenos días. Pues, como el que no quiere la cosa, ya estamos en jueves. Es 18 de diciembre de 2025 y van a repuntar las temperaturas. Fíjense: en algunas zonas del Mediterráneo y en el sur peninsular van a rozar los 20 grados. En Málaga, por ejemplo, esperan 19 de máxima en pleno mes de diciembre. La lluvia va a ir remitiendo en la costa valenciana y en Melilla, va a continuar en Galicia, y el viento va a soplar con fuerza en las zonas de A Coruña y Lugo. Bueno, ¿qué es lo más destacado que hoy podemos contar de lo que pasó ayer y, en el capítulo de previsiones, de lo que puede pasar hoy? Lo más relevante de lo que pasó ayer es ese aviso de tacón, ese recadito —así, como el que no quiere la cosa— que dejó Santos Cerdán en su comparecencia en el Senado, donde habló muy poco. Porque él se puede acoger al derecho a no responder a las preguntas que le quieren hacer, pero digamos que lo poco que habló tenía mucha densidad, porque dejó varios recaditos. Es decir, como grandes ideas: el PSOE escenificó su asquito sobreactuado hacia lo que fuera su secretario de Organización. Y Cerdán, que dijo que no iba a hablar, lanzó alguna puya envenenada al PSOE. Y ahí el PSOE rápidamente reculó en tablas. Claro, este sabe todo, sabe mucho. “Sí, hombre, no le vamos a tocar a este la vesícula, ni le vamos a tocar el escroto, porque en un momento determinado…”. Bueno, el PSOE no le hizo ni una sola pregunta. No fuera a ser que Cerdán se enfadara. Y cuando el senador del PSOE, Alfonso Gil, hizo apenas un pequeño ademán y le lanzó un tímido reproche ético, Cerdán dejó este recadito: «Yo no le voy a hacer un reproche penal, que se lo tiene que hacer un tribunal de justicia, pero sí me va a permitir que le haga un reproche ético, porque es verdad que, a juzgar por todo lo que hemos conocido, hay situaciones que la gente no entiende». O sea, el sanchismo… ¿se cree en condiciones de hacerle algún tipo de reproche ético? Es decir, viene a decir: “Vamos a ver, ¿qué es lo que quiere decir con eso, Cerdán? Si yo soy un inmoral, el sanchismo también. Tan inmoral como yo. Y no me toquéis las narices, porque vamos a ver quién sale perdiendo aquí”. Cuidado con él, porque sabe mejor que nadie la falta de ética que Sánchez tiene debajo de la alfombra. Las pelusas que hay ahí tienen que ser consistentes. Escucha el análisis de Herrera en el audio adjunto.