El gerente del Instituto de Atención Social y Sociosanitario (IAS), Ricardo Redondas, ha respondido en el programa 'Herrera en COPE Gran Canaria' a las denuncias sobre la situación del Centro de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual (CADI) de Telde. Tras las quejas de una asociación de familiares por "condiciones inhumanas" y "riesgo de electrocución" después del paso de la borrasca Emilia, Redondas ha asegurado que, si bien existen deficiencias por la antigüedad de los edificios, "en ningún momento" ha habido peligro para los usuarios y los centros funcionan "con normalidad". Ricardo Redondas ha afirmado que ha visitado el centro y que este recibe inspecciones periódicas no solo de los técnicos del IAS, sino también del Gobierno de Canarias, la fiscalía y Salud Pública. Por ello, ha querido distanciarse de calificativos como "caótico" o "inhumano". "Afortunadamente no hemos tenido ningún incidente ni con los usuarios, ningún usuario afectado ni ningún profesional", ha destacado en relación con el temporal del fin de semana. El gerente ha confirmado que, a causa de las lluvias, se produjeron "humedades y goteras" que obligaron a "reubicar a varios usuarios dentro de las propias instalaciones" y al "cierre momentáneo del comedor". Sin embargo, ha recalcado que los residentes siguieron recibiendo sus comidas en otras salas y que el comedor ya se encuentra de nuevo operativo. Además, ha elogiado la labor de Marta Ojeda, coordinadora de Grupo 5, la empresa que gestiona el centro, por su "espectacular" respuesta ante la situación. Frente a las acusaciones de "desidia institucional", Redondas ha admitido que el CADI de Telde, al igual que otros, es un "centro que ya tiene sus años y que tiene sus necesidades estructurales". Sin embargo, ha asegurado que existe un "mantenimiento sistemático" y una inversión constante que supera el millón y medio de euros desde enero de 2024. "Me quiero, por supuesto, alejar de cualquier afirmación que que vaya en la línea de poner en peligro a los usuarios", ha sentenciado. El gerente del IAS ha explicado que la seguridad está garantizada por la supervisión de los técnicos. "Si en algún momento se requieren actuaciones inmediatas, se acometen", ha añadido. Respecto a las denuncias concretas, ha aclarado que los puntos de luz con supuesto riesgo de electrocución eran solo "las tapas que habitualmente se desprenden" por el "uso intensivo y el perfil de los usuarios", y que ya han sido repuestas. También ha negado la falta de mantas o lencería, atribuyendo la vestimenta ligera de algunos usuarios a su "comportamiento disruptivo" o su "perfil de discapacidad intelectual", y no a una carencia de recursos. Ricardo Redondas ha reconocido que la antigüedad del edificio presenta desafíos. Hay problemas solventables en los que ya se está trabajando, como la mejora de los baños o los sistemas de agua, pero ha admitido que "hay algunas cuestiones que son irresolubles y que tienen que ver con la antigüedad del del centro". Según ha explicado, si se construyera un centro hoy, no se haría con la misma estructura. Como medida inmediata, ha informado de que ya se está trabajando para ampliar la capacidad de las canaletas de agua y evitar que el comedor se vea afectado en futuras tormentas. Finalmente, el gerente del IAS ha calificado los CADI como "centros complejos" y ha mostrado su comprensión hacia las familias, cuya preocupación, ha dicho, nace "desde el cariño a sus familiares". Ha declinado polemizar a través de los medios y ha asegurado que se sienta habitualmente con ellas para "analizar todas y cada una de las cuestiones que nos plantean para ver cómo las podemos incorporar y seguir mejorando".