El último pleno municipal del año del Ajuntament de Palma arranca con una escena insólita. Los vecinos que en los últimos días se han movilizado para que no se talaran los 16 ejemplares de bellasombra de la plaça de Llorenç Villalonga asisten a la sala de plenos con ramas y troncos. Durante la intervención del regidor de Urbanismo, Óscar Fidalgo, sobre la disolución y reintegración del Patronato Municipal de la Vivienda una de las vecinas a empezado a gritas: «¡Vergüenza!».