El consumo de alimentos ultraprocesados se ha triplicado en España en los últimos 30 años, desplazando a los alimentos frescos o mínimamente elaborados, deteriorando la calidad de la dieta y aumentando el riesgo de obesidad y sobrepeso, así como de enfermedades como diabetes, dolencias cardiovasculares, depresión o afecciones gastrointestinales, según han advertido recientemente tres artículos científicos publicados en 'The Lancet'. Para frenar su consumo, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha anunciado este jueves que el real decreto destinado a fomentar una alimentación saludable en hospitales y residencias de mayores limitará también la oferta de ultraprocesados y frituras en otros centros públicos como museos, bibliotecas, universidades, espacios deportivos o las cafeterías de los centros públicos de trabajo.