El Instituto de Neurociencias UMH-CSIC, con sede en Sant Joan d’Alacant, ha demostrado que el cuerpo humano no percibe el frío de la misma manera en todas sus partes. Un estudio reciente revela que la piel y los órganos internos utilizan sensores moleculares distintos para detectar las bajas temperaturas, un hallazgo que supone un avance relevante para comprender la homeostasis térmica y determinadas patologías relacionadas con la sensibilidad al frío. La investigación, liderada por Félix Viana, codirector del laboratorio de Transducción Sensorial y Nocicepción, ha sido publicada en la revista científica Acta Physiologica y muestra que la percepción térmica es un proceso mucho más complejo y especializado de lo que se pensaba hasta ahora.