Tienen que ver con la idea que te has hecho de ti y con lo que esperas del mundo. Son como una máscara que le pones al mundo. Hacen que el mundo tarde un poco más en entregársete. Qué palabra. Déseme el tiempo, y las circunstancias, de volverla a escribir. Lo más interesante de este mecanismo es que requiere un prójimo. Tú le prestas al mundo tus orejas para que se ajuste la máscara. No tengo convicciones muy firmes sobre las proyecciones. Escribo aquí para ver qué me dicen. Algo desconcertante es que en el uso psicoanalítico el verbo es por fin intransitivo. ‘Proyectar’, entonces, no exige un qué. Pero en ese caso qué son las piedras que arroja el... Ver Más