La ciudad de Villarrobledo, en la provincia de Albacete, se reafirma en su identidad como potencia vitivinícola y cultural. Su alcalde, Valentín Bueno, ha destacado en una entrevista en Cope Castilla-La Mancha los pilares que hacen de la localidad un lugar especial: su industria del vino, su profundo legado histórico y un carácter festivo que llena las calles de vida durante todo el año. Bajo el lema de ser "el mayor viñedo del mundo", el sector vitivinícola es el corazón de Villarrobledo. El alcalde ha puesto en valor el trabajo de los viticultores que "aman" la tierra y la cuidan los "365 días del año". Para Bueno, la creación de la D.O. La Mancha fue un paso "importantísimo" para dar un reconocimiento a unos caldos que destacan por su "gran calidad". El papel de la denominación de origen ha sido clave, según el alcalde, en la promoción exterior. "La D.O. lo que tiene de importante para mí es la cantidad de marketing y de publicidad", ha señalado Bueno, vinculando su éxito al nombre universal de La Mancha y Don Quijote. Gracias a este esfuerzo, "los vinos cada vez se embotellan más en nuestra tierra" y se están conquistando "mercados nuevos". El programa se ha realizado desde el emblemático Mercado de Abastos de Villarrobledo, un edificio neoclásico de 1930 a punto de cumplir su centenario. Valentín Bueno ha recordado que el lugar fue en sus orígenes "un punto de unión donde se unían las cañadas reales" para el ganado, y posteriormente se consolidó como "el centro del comercio de Villarrobledo" con tres plantas dedicadas a todo tipo de productos. Junto a la industria agroalimentaria, el alcalde ha recordado el pasado alfarero de la localidad. "Podemos presumir, como antes has dicho, que somos el mayor viñedo del mundo, pero también somos donde se han hecho las mayores tinajas del mundo", ha afirmado. Esta tradición industrial también fue el escenario de "reivindicaciones laborales que existieron a principios del siglo pasado". Si algo distingue a la vida en Villarrobledo es su ambiente festivo. "Nos gusta mucho estar en la calle, nos gusta la convivencia", ha reconocido el alcalde. Entre los eventos más destacados se encuentra el Carnaval, declarado de Interés Turístico Nacional, que tiene un "tinte especial" por ser "un carnaval de la gomaespuma y de la gente". A esta gran cita se suman otras fiestas importantes como la Semana Santa, de Interés Turístico Regional, la feria en honor a la Virgen de Agosto, y la Romería, una tradición recuperada que pone en valor al mundo agrario. Además, se está impulsando la Feria del Vino, un evento que, según Bueno, "tiene que marcar agenda" en el mayor viñedo del mundo. Para enamorarse de la ciudad en un solo día, el alcalde propone tres planes imprescindibles. El primero es disfrutar de la gastronomía, basada en platos típicos acompañados de los vinos y quesos locales. Según ha expresado, es una apuesta segura. El segundo pilar es su inagotable agenda festiva, ya que "es muy difícil venir aquí un fin de semana y que no haya algo que vivir". Por último, el carácter de sus gentes, que garantiza que el visitante "se va a ir con una sonrisa".