Las monjas mayores de Belorado abandonan el monasterio de Orduña y serán trasladadas a varios conventos de las clarisas

Las cinco monjas de avanzada edad que residían en el convento de Santa Clara de Orduña (Bizkaia) bajo el cuidado de las exmonjas cismáticas de Belorado han sido trasladadas este jueves, 18 de diciembre, a un hospital de Bilbao por orden judicial después de que durante la mañana la Guardia Civil y un médico forense acudieran al monasterio para comprobar su estado de salud. De esta manera se da cumplimiento a la orden de la jueza titular del Juzgado de Instancia 1 de Bilbao respecto a las hermanas mayores que no quisieron participar en el cisma, después de que se pusiera en cuestión las condiciones higiénico-sanitarias en las que se encontraban desde su traslado de Burgos a Orduña. El portavoz del Comisario Pontificio, Natxo de Gamón, recalca que el cuidado de las hermanas mayores, con edades comprendidas entre los 87 y los 101 años, “ha sido objeto de constante preocupación para el Comisario Pontificio (Mario Iceta, arzobispo de Burgos) y la Comisión Gestora”. Una preocupación que se agravó durante el “temerario traslado” de su residencia habitual en el Monasterio de Belorado al conventode Orduña, y que “carece de las mínimas instalaciones necesarias para atender  adecuadamente a personas mayores y vulnerables”. Una vez que se evalúe el estado de salud de las religiosas, puntualiza de Gamón, serán trasladadas a otros monasterio pertenecientes a la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Arantzazu, “donde serán acogidas por sus hermanas y recibirán la atención fraterna atendiendo su necesidades personales , sanitarias, comunitarias y espirituales”, señala el portavoz. Durante la mañana ha tenido lugar un amplio dispositivo de la Guardia Civil, con una comisión judicial que incluye la presencia de la jueza titular del Juzgado de Briviesca (Burgos), además de otros profesionales como forenses, según han informado las exmonjas. Las monjas ancianas fueron trasladadas desde el convento burgalés al de Orduña a finales de julio, unos días antes de que el Juzgado de Briviesca diera la razón al Arzobispado y ordenara a las ocho monjas excomulgadas que desalojen el monasterio de Belorado, desahucio pendiente de ejecutar.