El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha inaugurado esta semana una nueva incorporación a la Casa Blanca. Ha llenado uno de los pasillos que llevan al Despacho Oval de retratos presidenciales, acompañados de placas explicativas que convierten la historia de la presidencia de Estados Unidos en un campo de batalla ideológico, haciendo una interpretación personal de la aportación de cada uno de sus predecesores, tergiversando la historia del país.