Claudio Giráldez tras la eliminación del Celta en Copa: "El nivel de Primera y Segunda es el mismo"

La eliminación del RC Celta en la Copa del Rey a manos del Albacete ha provocado una de las ruedas de prensa más contundentes de Claudio Giráldez desde que asumió el cargo. El técnico se ha mostrado visiblemente afectado y muy crítico con la actuación de su equipo, resumiendo su estado anímico con dos palabras: “Enfadado, fastidiado”. La derrota en la tanda de penaltis, tras un partido que el Celta llegó a ir ganando, ha destapado el malestar del entrenador por la falta de consistencia y la repetición de fallos que parecían superados. El análisis de Giráldez ha sido tajante, poniendo el foco principal en la primera mitad del encuentro. “A veces nos cuesta demasiado aprender las lecciones y mejorar errores demasiado recurrentes”, ha lamentado. El entrenador ha señalado directamente al primer gol encajado, una situación que, según ha afirmado, se ha trabajado repetidamente sin éxito. “Es una cosa que nos ha pasado muchas veces y que hemos hablado y trabajado muchas veces y no hemos sido capaces de corregirlo”. Esta frustración evidencia un problema de concentración y aplicación que el técnico considera grave. Para Giráldez, apenas hay lecturas positivas que extraer de la derrota, más allá de una cura de humildad. “Lo positivo es que tenemos que aprender, que el nivel de Primera División y Segunda División es el mismo”, ha sentenciado. Con esta afirmación, ha querido dejar claro que cualquier relajación, por mínima que sea, se paga cara en el fútbol profesional. “Cuando no estamos bien y entramos al partido y no vamos al 200 por 100 en cada acción y regalas 5 minutos, en la primera parte te hacen gol, 5 en la segunda te hacen gol”, ha añadido, subrayando la exigencia competitiva. El preparador celeste ha diferenciado claramente entre las dos partes del partido. Durante los primeros 45 minutos, el equipo ha estado lejos de lo esperado: “Hemos atacado cómodos y mal”. Sin embargo, la reacción tras el descanso ha sido notable. “La segunda parte hemos atacado muy bien, hemos subido el nivel de velocidad de la pelota, el nivel de ritmo, hemos estado atacando por fuera y por dentro con mucha más verticalidad”, ha explicado. Esta mejoría les ha permitido adelantarse en el marcador, pero no ha sido suficiente para cerrar el partido. El momento clave que ha cambiado el rumbo ha sido el empate del Albacete en el tiempo de descuento. Giráldez ha relatado la concatenación de infortunios que han llevado al gol rival. Tras la lesión de Starfelt, Borja Iglesias ha sufrido “un encontronazo que le hace daño, no sé qué le pasó en la costilla, pero no era capaz ni de respirar”, dejando al equipo con un hombre menos. La confusión ha sido tal que “el equipo hasta que ha ido al suelo no ha detectado que estaba mal y estábamos jugando mucho sobre él”, lo que ha permitido al Albacete acumular jugadores en el área y encontrar el gol del empate. En la prórroga, el Celta ha tenido opciones para ganar, pero la tanda de penaltis ha terminado por sentenciarles. Giráldez lo ha atribuido al factor anímico y a un equilibrio natural en el fútbol: “Ha salido la cruz que no nos tocó el día de San Andreu, generalmente las cosas se equilibran”. El estado de ánimo negativo por haber encajado en el último minuto ha pesado en la definición desde los once metros. El vestuario, según ha descrito el técnico, era un reflejo de la decepción, con “jugadores evidentemente llorando, fastidiados, queríamos seguir en la competición”. Esta imagen interna delata la implicación de la plantilla y el dolor que ha supuesto la eliminación. “Creo que el equipo lo ha intentado, ha tenido que aprender situaciones durante el partido que le costó asimilar al inicio”, ha concedido, a pesar del duro rapapolvo inicial.