Javier Quintero, psiquiatra: “Si has tenido una pérdida para esta Navidad, no tienes que forzarte a celebrar, haz lo que te pida el cuerpo. No es buena idea sentirte culpable”

Estamos a menos de una semana de que llegue la Nochebuena y la Navidad y que, con ello, paremos un poco la vorágine de nuestra vida para detenernos en lo importante: la buena noticia. Son días en los que bajamos el volumen al trabajo y a las presiones del día a día para centrarnos en lo que realmente importa y en juntarnos con quien más queremos. Seguro que tú tienes ese momento de esperar a que llegue esta época del año para juntarte con familiares y amigos a los que, durante el año, no tienes la oportunidad de ver. Son momentos de recogimiento y de celebrar, estando muy cerca de nuestra familia. Y aunque es un sentimiento precioso, para muchas personas es una época que se atraganta. Porque no se llevan bien con su familia, porque están solas o atravesando tribulaciones, o porque están gestionando una pérdida y ausencia reciente. Y es que, cuando has perdido a alguien y te toca celebrar la Navidad, tienes un sentimiento tan amargo que preferirías que no hubiera celebración ninguna. Es una emoción complicada de gestionar y, para aprender a hacerlo un poco, hablamos con el psiquiatra Javier Quintero. Él explicaba que es una fecha alegre, pero complicada a partes iguales. Por eso, da las claves para atravesarla sin pasarlo mal en el intento. La Navidad es una época en la que se mezclan todas las emociones posibles y todo está a flor de piel. De pronto sientes alegría, porque estás con quien más quieres, y a la vez tristeza, porque hay alguien que te falta. Ese batiburrillo puede manejarse, sí, aunque parezca imposible. Lo primero de todo es entender nuestras emociones e identificarlas. “Cuando de repente alguien no está, indiscutiblemente eso moviliza muchas emociones y nos cuesta gestionar las emociones. La melancolía no es tristeza, es una combinación rara entre alegría y tristeza. Con lo cual, en realidad, lo que tenemos que celebrar en ese momento, no es que no está, sino la alegría de que estuvo” explicaba el doctor Quintero. Sin embargo, apunta a que esto no se hace de la noche a la mañana, sino que puede tardar años hasta que esa herida se convierte en cicatriz. “Las Navidades si tienen algo es que hipertrofian las emociones, eso me parece muy bonito. Lo que ocurre es que muchas veces lo que hace es intensificar la emoción que traíamos de base. Entonces, si lo que traíamos era alegría, pues vamos a estar muy alegres. Si lo que traíamos era ansiedad, frustración, pues vamos a estar más frustrados y más y más ansiosos” explicaba. Por eso, pide, hay que darnos nuestro espacio y no forzarnos a hacer cosas que no queremos hacer para estar bien. “Hay que hacer lo que te pida tu cuerpo. De alguna forma, no se trata de ni forzarme, forzarte en general con las emociones. Forzar nada funciona bien. En general, no es una buena idea tampoco sentirme culpable porque voy a celebrar una Navidad porque me tengo que sentir triste” explicaba. “Nuestro cerebro es una arma muy poderosa y lo que pasa es que no lo escuchamos suficiente. Es decir, al final no hay un no hay una receta universal para cómo gestionar esa pérdida y cómo afrontarlo en estos días, sino es sentarnos con nosotros mismos y entender qué es lo que me va a sentirme bien o mejor” decía el doctor. A menudo, lo que ocurre con las navidades, es que sentimos que deben ser perfectas y que tenemos que estar felices todo el tiempo. En parte propiciado por las películas, series y redes sociales, pero lo triste es que no siempre funciona así. “Tenemos que hacer un ajuste de las expectativas. En definitiva, las Navidades son una época preciosa del año y yo creo que hay que cultivarla y hay que disfrutarla. Lo que pasa es que a veces nos pasamos de exigencia y efectivamente eso puede hacer que no las disfrutemos” explicaba el doctor Quintero. Dice que esto de generar algo idílico, es lo que provoca una mayor frustración. Por eso, Javier Quintero pide que vayamos sin exigencias en esta época, y que nos centremos en disfrutar de la mejor manera posible. “No tenemos que perseguir unas Navidades perfectas, tenemos que ir persiguiendo unas buenas Navidades, unas de aprovechar este momento del año. Dedicarle más tiempo a la familia, dedicarnos más tiempo a nosotros mismos, dedicar más tiempo a los demás” sentenciaba.