“Eres” de Chrispapita

La pieza surge de un momento profundamente personal. Un 25 de diciembre, en un hotel, después del desayuno, Chrispapita observa a su esposa y a sus dos hijas dormidas en paz, abrazadas, vestidas con las mismas pijamas. En ese instante recuerda la canción y lo entiende todo: ese “eres” habla del amor absoluto, del compromiso diario, del deseo de dar la vida entera por alguien más.Ahí ocurre la revelación:“Esto es todo lo que quiero para mi mundo.”Ese momento, sin nostalgia por el pasado ni ansiedad por el futuro, se convierte en el centro emocional de la obra. El dibujo nace como un intento de hacer eterno un instante frágil y perfecto, de fijar en el tiempo la certeza de estar cumpliendo el papel más importante de su vida: el de padre protector.Para Chrispapita, el arte es precisamente eso: capturar el presente y consagrarlo. Su proceso creativo parte siempre de una emoción real, pero requiere también del rigor intelectual. Corazón y cerebro trabajan juntos. Sin pasión, la obra es vacía; sin disciplina, se desvanece. Cuando ambas fuerzas se encuentran, surge la verdad artística.El maestro confiesa que sabe que una obra está terminada cuando su corazón está completo. Todas sus piezas las pinta para sí mismo, bajo una regla inquebrantable: una vez firmada, no se vuelve a tocar. Cada obra es un cierre emocional y, al mismo tiempo, un impulso para ser mejor en la siguiente.Aunque muchos podrían ver en su trabajo retratos, Chrispapita evita ese concepto. No le interesa reproducir rostros, sino construir personajes que encarnen ideas, filosofías y emociones universales. Para él, las figuras en sus obras son actores dentro de una escena mayor, y lo importante no es quién aparece, sino lo que se siente.Esta obra en particular marca también una evolución en su vida artística. Decidió no realizarla en su estudio, sino en su casa, rodeado de sonidos cotidianos: las risas de sus hijas, la voz de su esposa, la vida sucediendo alrededor. La experiencia fue tan significativa que transformó su manera de crear; hoy, su hogar es su principal espacio de trabajo.​La canción y el dibujo se convierten así en un espejo de una verdad compartida: el amor más profundo no siempre es romántico, a veces es silencioso, cotidiano y protector. “Eres” deja de ser solo una canción y se transforma en una declaración de paternidad, presencia y entrega absoluta.Para Chrispapita, esta obra fue un acto de gratitud y conciencia. No pidió nada más a la vida que ese instante, y el arte le permitió conservarlo para siempre.Porque, al final, de eso se trata crear: de tomar un momento real, frágil y humano, y volverlo eterno.Escucha esta entrevista completa en “El Arte de la Canción: Segunda Temporada” Celebrando los 80 años de la Sociedad de Autores y Compositores de México en Milenio Televisión.​