“Si hacen eso, se levantará un avispero”. En estos términos se pronunciaba hace ahora un mes un artista local al valorar la posibilidad -porque entonces era eso: una posibilidad- de que se retirara la escultura de Salvador Soria que se encontraba en Elche, en la rotonda que enlazaba el puente de la Generalitat con las Puertas Coloradas. En ese momento, desde el bipartito de PP y Vox alegaban que la obra se estaba restaurando, aunque en círculos artísticos temían que se quitara definitivamente e incluso se especulaba con la posibilidad de que en su lugar se colocara una imagen religiosa, como finalmente va a suceder. Hasta el punto de que la junta de gobierno local aceptó este jueves la donación de la escultura sobre la Venida de la Virgen por parte de la empresa mixta Aigües d’Elx y su instalación en la replaceta situada en el entorno de Puertas Coloradas, frente a la Casa de la Virgen.