El campo en Extremadura, en clave electoral: “La gente está un poco cansada de la política ecológica”

La firma del acuerdo de la Unión Europea con Mercosur sigue en el aire. Los líderes europeos han aplazado la votación del tratado comercial tras la masiva protesta de agricultores en Bruselas, donde se congregaron 10.000 agricultores y 500 tractores. Los manifestantes denuncian los recortes previstos en la Política Agraria Común (PAC) y un acuerdo con Mercosur que consideran injusto al exigir más a los productores europeos que a los sudamericanos. Una de las regiones más afectadas es Extremadura, donde el sector primario aporta un 7,8% del PIB regional, casi el triple de la media nacional. El campo extremeño enfrenta, además, un grave problema de relevo generacional: siete de cada diez explotaciones están en manos de agricultores mayores de 45 años. Ángel Barrera, un agricultor de Almendralejo, resume un sentir generalizado de desesperanza. “Nos sentimos como más abandonados en muchas cosas. Nos dicen muchas cosas, cada vez más trabas, más papeleos, más problemas para nosotros”, lamenta. En su opinión, muchas de las normativas actuales “van en contra de tener el campo bien”. El futuro, según Barrera, “pinta muy mal”. Critica la diferencia de criterio con los productos de fuera: “Aquí nos prohíben echar muchos productos fitosanitarios. Nos entra de fuera todo lo que quieran y más”. Para él, las promesas políticas caen en saco roto: “Si te he visto, no me acuerdo”. Eloy Manuel Sánchez, un arrocero de las Vegas Altas, ofrece una perspectiva complementaria. Admite que la Junta de Extremadura no tiene competencias directas sobre la PAC, pero sí “la capacidad de ejercer presión sobre el Ministerio de Agricultura”. Considera que el ejecutivo regional “debe ejercerla” para que el ministerio defienda los intereses del campo extremeño en la Unión Europea. Sobre la política de pactos, Sánchez es más cauto y, aunque reconoce que “PP y PSOE tienden a darse la mano” en muchos aspectos, no se atreve a generalizar que siempre hayan votado lo mismo.  Percibe que la gente está “un poco cansada de toda la dinámica de política ecológica que tenemos”, lo que podría dar alas a partidos como VOX. Sánchez también aborda la imagen del agricultor, a menudo visto como alguien que “siempre se está quejando”. “Lo que pasa es que la gente no sabe interpretar esa queja”, explica, argumentando que el clima es un factor incontrolable y decisivo. Defiende las subvenciones como una herramienta para paliar la falta de rentabilidad cuando una campaña se pierde por sequía o exceso de lluvia, recordando que para muchas familias es su único sustento: “Esa persona está trabajando todo un año para no entrar ingresos en su casa”.