La pasión de Julián Suero, abogado de Mérida, por la política comenzó en las primeras elecciones democráticas de 1977. Con solo 10 años, acompañaba a su padre y recogía papeletas, fascinado por el marketing político. Desde entonces, ha conservado una colección que hoy mantiene viva gracias a su hija mayor, Laura. Su hija Laura ha heredado esta pasión por la política, habiendo estudiado Ciencias Políticas al igual que su padre. Para ellos, el domingo electoral es "un día muy festivo y familiar". Julián recuerda con cariño cómo vivía estas jornadas con su padre y ahora comparte la experiencia con su hija. La jornada del domingo tiene un significado especial para Julián, ya que coincide con su cumpleaños. El plan familiar comienza yendo a votar después de desayunar, seguido de una comida. A partir de las ocho de la tarde, se dedican a seguir los resultados electorales. "Laura y yo nos pegaremos a la televisión y a las radios", explica Julián. También recogen las papeletas de todos los partidos para guardarlas. Laura, que ha superado a su padre en la materia, lleva el análisis un paso más allá. Según cuenta Julián, su hija tiene en distintas libretas las encuestas de diversas empresas y las compara con los resultados definitivos para analizar el panorama postelectoral con gran detalle. El interés de Julián abarca todos los procesos electorales, desde los ayuntamientos hasta las europeas, ya que considera que los ciudadanos tienen la obligación de informarse sobre las soluciones que proponen los partidos. Es crítico con la generalización: "Cuando se dice que todos los políticos son iguales, yo creo que no". En su opinión, la bondad o la maldad no están ligadas a una ideología, sino a la naturaleza de las personas. Julián cree que hay personas que "creen que ocupar un cargo público, pues, es algo que les beneficia a ellos personalmente y eso evidentemente no es así". En un día tan señalado, Julián recuerda especialmente la figura de su padre, con quien visitaba las sedes de los partidos para ver "las caras de alegría y las de decepción". Ahora, revive esa tradición con su hija Laura.