«El nacimiento del Príncipe de la Paz nos revela el auténtico significado de esta palabra, paz, que no es solo la ausencia de guerras, sino una amistad entre los pueblos basada en la justicia. Todos deseamos esta paz para las naciones heridas por los conflictos, pero recordemos que la concordia y el respeto comienzan en nuestras relaciones cotidianas, en los gestos y las palabras que intercambiamos en casa, en la parroquia, con los compañeros de colegio y de deporte», dijo el pontífice en esta primera Navidad.