El encuentro entre los equipos negociadores de PSOE y Sumar ha concluido tras dos horas de reunión sin que se hayan producido acuerdos ni avances significativos. La cita, celebrada con discreción en el Congreso de los Diputados y sin la presencia de los líderes de ambas formaciones, se convocó después de que Yolanda Díaz exigiera públicamente cambios en el Gobierno por los escándalos de corrupción, pero el resultado es que las diferencias se mantienen intactas. Por parte del PSOE, la oferta se ha limitado a las buenas palabras. La secretaria de organización, Rebeca Torró, ha expresado que comparten más puntos en común que discrepancias, un mensaje que ha repetido públicamente Óscar López: "Este gobierno funciona, está siendo útil, más allá de diferencias puntuales que se puedan tener, este gobierno ha funcionado durante más de siete años". Desde Ferraz se ha subrayado que "el diálogo es y será la mejor herramienta" para lograr acuerdos. La visión de Sumar es radicalmente opuesta. Para la delegación encabezada por su coordinadora, Lara Hernández, la cita "no ha servido para nada". Acusan a sus socios de mantener una "actitud inmovilista" que impide cualquier progreso en la coalición. Según sostienen desde la formación, esta postura de los socialistas "solo favorece el desánimo progresista, refuerza la antipolítica y alimenta a PP y VOX". De forma paralela al encuentro, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha reaparecido en un acto ministerial, donde ha defendido su compromiso con "la construcción de un país que sea más justo, luego más sostenible, también sensible a las necesidades que tiene la gente", en un tono muy alejado de la indignación que mostró semanas atrás. Como colofón, Sumar ha lanzado un último mensaje a modo de advertencia, asegurando que "la persistencia del PSOE en el bloqueo a la legislatura puede poner en riesgo su acuerdo de investigación". Esta declaración deja en el aire la estabilidad del pacto que sostiene al Ejecutivo.