Lucha o huida: el cerebrofue diseñado para responder y mantenerse a salvo de las amenazas y los estímulos externos, sin embargo, cuando el estado de alerta se mantiene constante, el peligro se vuelve interno.De acuerdo con las investigaciones, el estrés sostenido puede desencadenar diversos efectos negativos, como por ejemplo, inflamación crónica en todo el cuerpo, lo que se asocia con un mayor riesgo de padecer enfermedades degenerativascomo la diabetes. Por otro lado, aunque el cerebro cuenta con una barrera protectora, el estrés crónico puede debilitarla, permitiendo que las moléculas responsables de la inflamación permeen él.El estrés hace cerebros más rígidos Probablemente los detonantes de estrés de hace medio siglo no son los de ahora, sin embargo, tanto en el pasado como en el presente, el mecanismo que lo detona sigue funcionando igual: las glándulas suprarrenales liberan glucocorticoides como el cortisol.Posteriormente, las neuronas comienzan a recibir las señales que desencadenan la siguiente respuesta. Sin embargo, en casos severos, es decir, cuando hay demasiado cortisol por mucho tiempo, los receptores neuronales se saturan poniendo en riesgo la capacidad del cerebro para adaptarse.“El estrés aumenta los glucocorticoides, se producen cambios en los receptores y eso puede incluso destruir la plasticidad existente lo que hace cerebros más rígidos”, explica a MILENIO la neurobióloga Mara Dierssen. Los estudios al respecto han encontrado que el hipocampo, región cerebral en donde se llevan a cabo procesos de aprendizaje y memoria, puede verse especialmente afectada: los niveles elevados de cortisol se han asociado con la contracción de está área del cerebro y trastornos del estado de ánimo. Asimismo, las investigaciones han revelado que la inflamación afecta negativamente sistemas asociados con la motivación y la agilidad mental. Cuáles son los signos del estrés y cómo manejarlo El estrés se puede manifestar de diferentes formas, dado que tienen una profunda conexión con el sistema nervioso autónomo se pueden experimentar cambios en la visión, la respiración o el ritmo cardiaco, como explica Cleveland Clinic. Cuando el estrés es crónico la respuesta puede ser continua, derivando en otro malestares físicos o psicológicos como: Dolor en el pecho o taquicardiaAgotamientoDificultad para dormir/insomnio Presión arterial altaProblemas estomacalesProblemas para tener relaciones sexualesdebilitamiento del sistema inmunológicoAnsiedadDepresiónAtaques de pánico Los altos niveles de estrés también están relacionados con adicciones, trastornos alimenticios y compras compulsivas. Al respecto, la Asociación Estadounidense del Cerebro recomienda tres estrategias para ayudar a controlar el estrés:Conexión mente-cerebro: según la organización, evaluar cómo se siente el cuerpo puede ser benéfico Establecer una rutina: la constancia, incluyendo horarios de sueño y comida pueden reducir el estrés constanteRealizar actividades que permitan liberar tensión: pasatiempos, ejercicio, meditación o yoga son actividades que, según los estudios, permiten reducir los niveles de glucocorticoides mientras liberan neurotransmisores asociados al bienestar como la dopamina.A veces, un poco de estrés puede ser útil Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, y en determinados contextos, parecer ser cierto. Algunas investigaciones han detectado que someter al cuerpo a cierto grado de tensión puede tener beneficios. En la rama de toxicología se le conoce como hormesis, un término utilizado “para referirse a una respuesta bifásica a la dosis de un agente ambiental, caracterizada por una estimulación o efecto beneficioso a baja dosis y un efecto inhibidor o tóxico a alta dosis”, como explica el artículo publicado en Ageing Research Reviews. Los ejemplos incluyen el ejercicio, la exposición a bajas dosis de ciertos compuestos y el ayuno intermitente. Este último incluso se está explorando como un método para la ralentización del envejecimiento En este sentido el Dr. Salvador Macip explica a MILENIO que existen diversas teorías para explicar este fenómeno, entre ellas, una asociada a la mitocondria, que sufre un pequeño “choque” cuando se restringen las calorías o se realiza ejercicio. En respuesta, la mitocondria activa mecanismo de limpieza y reparación.“Un estrés bajo genera una respuesta de defensa que es positiva”, explica el experto en mecanismos biológicos del envejecimiento. El problema con este beneficio es que ocurre en un margen muy estrecho y es muy fácil traspasarlo. “ Cuando este estrés sube, entonces el daño es demasiado y el efecto es negativo. Sería un poco encontrar el punto medio de este péndulo, pero claro, ¿esto dónde está?” Esa es la pregunta. LHM