Aprecio mucho, por su lado literario o infraliterario, las leyendas urbanas y las teorías de la conspiración. Tanta imaginación destila enorme mérito. Lo de la tierra plana o lo de los aviones que rocían polvos que nos alelan (¿más aún?) jamás se me habría ocurrido. Ya me gustaría. Y lo de las abducciones por parte de esos extraterrestres que te raptan para introducirte afilados chismes por todos tus orificios, retambufa incluida, sencillamente me fascina. ¿Qué buscarán esos alienígenas husmeando las entrañas de una palurda con sobrepeso de Minnesota? Peor: ¿qué piensan descubrir? No me lo quiero ni imaginar… Menuda pérdida de tiempo, de tecnología punta, de esfuerzos paranormales. Pero también confieso que, con la de sucesos extraños que sacuden España,... Ver Más