En 1910, Estados Unidos no buscaba solo un campeón de boxeo: buscaba redención. Desde que Jack Johnson, negro, insolente y extraordinario, conquistara el título de los pesos pesados, el país blanco se miraba al espejo con desagrado. Porque Johnson no solo ganaba: ganaba demasiado, sonreía demasiado y, sobre todo, vivía como si la victoria le perteneciera también fuera del ring. La prensa acuñó entonces una expresión que acabaría teniendo una vida larga: «la gran esperanza blanca», 'The Great White Hope' –lamento las mayúsculas, pero las pedradas en inglés funcionan diferente–. Esa esperanza blanca hacía referencia al nombre del boxeador caucásico que debía derrotar a Johnson para devolver el cinturón y el orgullo a su sitio 'natural'. En 2025, Óscar Puente... Ver Más