Francia asiste atónita al expolio de sus tesoros patrimoniales en una oleada de robos sin precedentes. Al saqueo de joyas del Louvre, de oro en el Museo de Historia Natural o cerámica en el Museo Adrien-Dubouché de Limoges se suma nada menos que la propia casa del presidente, Emmanuel Macron. Este lunes el tesorero del palacio del Elíseo ha reconocido que durante casi dos años robaba piezas de porcelana de la vajilla de Presidencia para vendérsela, precisamente, a un coleccionista de Versalles y trabajador del Louvre. Tal como ha contado el diario 'Le Parisien', Thomas M., de unos cuarenta años, maestro de sala y tesorero de la Presidencia de la República, habría urdido un plan para retirar piezas de porcelana de la vajilla del Elíseo para poder venderlas a un coleccionista. Incluso llegó a falsificar los inventarios de tesorería del palacio, por lo que gozó de discreción en su actividad criminal durante más de un año, a pesar de que los objetos eran de uso habitual en cenas y otras ceremonias oficiales que tienen lugar en la histórica vivienda del jefe del Estado francés y su familia, en este caso, su mujer Brigitte Macron. Gracias a su puesto como máximo responsable de la gestión de este patrimonio, que había ostentado durante los últimos cinco años, Thomas M. logró sustraer más de 100 piezas, como tazas, platos o cubiertos, parte de una colección que Marcon ordenó comprar a la prestigiosa fábrica de porcelana de Sèvres por medio millón de euros, como ya contó ABC en 2018. En el juicio de este lunes, además del tesorero se han sentado en el banquillo su mujer, que trabaja en un anticuario, y una tercera persona: un joven de 30 años residente en Versalles, que además de ser un a pasionado coleccionista de porcelana trabaja dentro del equipo de seguridad del Museo del Louvre, en principio, sin relación con el robo de más de 88 millones de euros en joyas del pasado octubre. Según la investigación de la Gendarmería, fue el joven, conocido como Ghislain M., quien habría convencido al tesorero de urdir un plan para que le vendiera porcelana del Elíseo. Tuvieron un primer contacto en redes sociales en 2024 y al poco tiempo, mes tras mes, recibía partes de la vajilla de Estado fuera de todo rastro, aunque finalmente las desapariciones llamaron la atención del personal del palacio, que puso sobre aviso a las autoridades. El pasado martes se produjeron las tres detenciones y todos confesaron en custodia. En el dormitorio del coleccionista apareció gran parte de las piezas, cuidadosamente envueltas y guardadas. «Sin duda, se dejó llevar por la pasión que lo impulsaba», lo ha justificado su abogado este viernes durante el juicio. Aunque de menor valor, este incidente es el último de una extraña tendencia de robos de arte en territorio francés que empezó a concentrarse a finales de 2024. Todo un año para no olvidar, especialmente si se quiere marcar el final de una oleada sin precedentes.