La muerte de un excomandante paramilitar serbobosnio, considerado un testigo clave en la investigación en Italia del llamado “Safari de Sarajevo” —la sospecha de que durante el asedio de la capital bosnia en los años 90 extranjeros adinerados pagaron por disparar a civiles—, provocó este viernes llamamientos para suspender su incineración y exigir una autopsia.