Hay marcas que se cuelan en el día a día, que se ven por la calle o en los lineales de las tiendas. Y los nombres detrás de ellas rápidamente se asocian a una empresa y también a su localización. Pero hay otras que están detrás, que elaboran productos, dan empleo, pero que no son tan conocidas, pese a que son «líderes en el mercado nacional e internacional». Es lo que ocurre con muchas firmas asentadas en Castilla y León, punteras en sectores como la robótica, la fabricación de bienes de equipo, la conservación de alimentos por alta presión o la industria aerospacial. Sin embargo, «una de las principales dificultades» es el «desconocimiento que muchos alumnos tienen sobre la realidad del tejido productivo y empresarial de nuestra Comunidad» que «no se están formando con la idea de quedarse en empresas de Castilla y León porque desconocían que las había», reconocía este viernes el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo. Así que precisamente para facilitar esa «conexión» entre los estudiantes, para que sepan de las posibilidades que tienen de desarrollar aquí su carrera profesional, y que a la vez las compañías puedan mostrar su labor y sus opciones de empleabilidad, nace TalentoCyL . Un programa de unión entre universidad y empresa al que la Junta aporta una subvención de 805.000 euros (algo más de 200.000 por cada centro superior docente) y que busca «impulsar» la inserción laboral de quienes logran su título. Y comenzará desde que los estudiantes inician sus grados, pues ya en primero y segundo tendrán actividades de «conexión» para un «conocimiento previo» del tejido productivo. De modo que «tengan esa vocación de orientar su cualificación para luego poder trabajar en nuestra comunidad», ha destacado el también portavoz de la Junta durante la firma del acuerdo con los responsables de las cuatro universidades públicas –Burgos, León, Salamanca y Valladolid–. «Que desde el principio, los alumnos estén ya con la idea de que su formación y su cualificación tenga mucho que ver con la estructura productiva y empresarial de nuestra Comunidad», ha subrayado Carriedo. Ya en tercero, cuarto y postgrado, otro periodo «más de consolidación». «Ya no es simplemente que los estudiantes pasen por los programas, sino que una vez que acaben su grado, tengan una certificación adicional que pueda ser planteada a las empresas como un factor de empleabilidad», destacaba por su parte en declaraciones recogidas por Ical el vicerrector de Transferencia, Innovación y Emprendimiento de la Universidad de Salamanca, Federico Bueno de la Mata, como portavoz de sus colegas. «Las empresas necesitan de esta formación de estos universitarios y muchos universitarios querrían quedarse en Castilla y León, pero desconocen que hay empresas que les pueden ofrecer una carrera profesional adaptada a sus cualidades», ha resumido Carriedo, como base de este acuerdo, enmarcado en el Plan de Acción del Talento. «El objetivo es que el alumnado, una vez que entre en un programa formativo de grado o postgrado, tenga la posibilidad de conectarse con la empresa en diferentes etapas», explicaba el vicerrector del Estudio Salmantino. De hecho, esa «conexión» con la que fidelizar el talento y a la vez cubrir la demanda de las empresas se incluirá como parte del currículo formativo, informa Ical. «Queremos que las empresas conozcan a nuestros estudiantes, pero que también se inserten», ha añadido Bueno sobre ese «feedback» que se busca para que los estudiantes sepan que opciones existen en Castilla y León y a la vez las compañías puedan contratar a unos alumnos como un «valor seguro». «Hay empresas ubicadas en Castilla y León que necesitan talento y ese talento lo tenemos aquí», ha señalado Carriedo. Pero, lamentaba, «no siempre conseguimos casar ambas realidades, por más que el talento que tenemos y las empresas lo necesitan». Así que lograr el 'match' entre ambos intereses con 'citas' para ir conociéndose desde que los alumnos entran en la universidad es lo que busca TalentoCyL.