Un fontanero vasco desvela qué hay detrás de sus facturas de 500 euros: "Mis clientes estén tranquilos. Si yo instalo una caldera y pasa algo, están cubiertos de cualquier cosa”

La factura de un profesional ha vuelto a generar un intenso debate en redes sociales. En esta ocasión ha sido Unai, un fontanero vasco, quien ha decidido responder públicamente a quienes le han llamado “ladrón” o “fantasma” por sus tarifas. A través de un vídeo, el trabajador explica de forma detallada qué conceptos se incluyen en una factura de 500 euros, desvelando los gastos que la mayoría de clientes no percibe a simple vista. Según relata Unai, el primer coste fundamental al que tiene que hacer frente en el ejercicio de su actividad profesional es el seguro de responsabilidad civil, una cobertura imprescindible para poder trabajar con garantías. En su caso concreto, se trata de una póliza que cubre más de un millón de euros, una cifra que considera necesaria para ofrecer confianza y seguridad a quienes contratan sus servicios. “Mis clientes estén tranquilos. Si yo instalo una caldera y pasa algo, están cubiertos de cualquier cosa”, explica, subrayando la importancia de contar con este respaldo ante cualquier posible incidente. Gracias a este seguro, Unai puede garantizar la seguridad y la tranquilidad de sus clientes, protegiéndolos frente a cualquier imprevisto que pudiera producirse durante la realización de su trabajo. A este gasto imprescindible se suma toda la inversión en formación que ha tenido que asumir a lo largo del tiempo para poder ejercer como profesional autorizado. Unai destaca que esta formación no es puntual, sino continua, ya que es necesario actualizar conocimientos de manera constante para cumplir con la normativa vigente y ofrecer un servicio de calidad. En este sentido, insiste en la importancia de estar “a la última respecto a cualquier tema de mi gremio”, lo que implica cursos, certificaciones y reciclaje profesional que corren íntegramente por su cuenta. Además, la cifra total de costes incluye otros gastos fijos habituales bien conocidos por los trabajadores por cuenta propia. Entre ellos se encuentran la cuota de autónomos, que debe abonarse mensualmente independientemente del volumen de trabajo, así como la amortización y el mantenimiento de las herramientas de trabajo, indispensables para desarrollar su actividad en condiciones óptimas. Todos estos desembolsos forman parte de una estructura de costes que Unai debe asumir de manera constante para poder ofrecer un servicio profesional, seguro y actualizado. El fontanero defiende su trayectoria y su apuesta profesional como una forma de inversión a largo plazo. Unai establece un paralelismo con otras formas de obtener beneficios. “Hay gente que invierte en bitcoins y hace dinero. Yo he invertido en mi formación, he invertido en mi oficio, y es lo que hay”, sentencia con firmeza el trabajador. Finalmente, Unai compara su actividad, regulada y con altos costes, con otras actividades ilícitas que generan enormes beneficios en poco tiempo y con una sorprendente aceptación social. El fontanero lamenta que mientras su trabajo es cuestionado, “un narcotraficante pasa la lancha y gana 1.000.000 de euros en 5 minutos, y es el puto amo”. Una reflexión con la que busca poner en valor la dedicación y el esfuerzo de los profesionales cualificados.