Compartir la Navidad con los que menos tienen: "Veo los rostros de mucha gente contentos de poder celebrarla juntos"

La Navidad siempre ofrece la oportunidad de reforzar vínculos. Nos reunimos, nos encontramos con nuestros seres más queridos, compartimos mesa. Pero hay algunas que sobrepasan el número de comensales a los que estamos acostumbrados. Raúl Jiménez es uno de los organizadores de la iniciativa 'Te invito a cenar': "Se vive un ambiente de celebración, es un ambiente de celebrar junto a la Navidad. Ves las caras de la gente, ves la ilusión con la que vienen y con el deseo de querer juntos celebrar un día tan especial como es la Navidad.  Para mí es lo más significativo que me llevo siempre: que veo los rostros de mucha gente contentos de poder celebrar juntos unas fechas tan especiales, tan entrañables, como es la Navidad". María es una de las invitadas de esta cena. Ella, no tiene los medios para poder disfrutar algo así. Y lo precioso de esta iniciativa es que los invitados van acompañados familias que les echan una mano. En su caso, por Esther y Paloma, que desde hace más de una década le ayudan periódicamente. Así cuenta qué siente ella ante esta oportunidad. Ella cuenta que siente "mucha alegría, mucha felicidad, muchas ganas de ver otra vez a todas las personas que conozco y que quiero, una paz inmensa y por otro lado pena porque sé que hay personas que no pueden estar ahí". A lo largo del año, los invitados como escuchábamos a María son acompañados por diversas organizaciones sociales, Banco de Solidaridad, ONG Cesal, Bocatas, Fundación Acogida, Casa de San Antonio, Hermanas de la Caridad de la Asunción y Estela de Cometa. Todas ellas participan activamente en la preparación del evento, acompañando a los asistentes junto con más de 600 voluntarios y familias amigas de referencia. Y en la cocina, más de veinte chefs, como Gloria Rubio, cocinera y responsable de los platos principales de la cena, quien dice que lo celebra como algo familiar, además rodeada de grandes profesionales de la cocina: "Me acompañan muchos amigos cocineros que estaremos llevando un equipo de unos treinta o cuarenta voluntarios cada día que vayamos a cocinar, tanto el sábado por la tarde como el domingo por la mañana y el domingo por la tarde, y todos deseando que llegue ese día y que podamos celebrar juntos". La iniciativa lleva trece años invitando a cenar a personas con dificultades. Y junto a la cena, ambiente de fiesta, música, alegría y esperanza. Raúl Jiménez comparte lo mucho que se llevan cada uno de los voluntarios que participa: "Como voluntario salgo con una alegría que no viene de mí. Uno descubre que dándose a otros sale más contento, y para mí es una cena donde yo recibo mucho más de lo que puedo dar, que es un poco de mi tiempo para poder ofrecer esta cena". Raúl, de la ONG Cesal, sabe muy bien que los vínculos, la fraternidad, es al final la barca de la esperanza. Desde esta ONG y con la asociación Familias para la Acogida, han lanzado, por ejemplo, este año, un programa piloto que persigue integrar a los menores no acompañados que se encuentran en los recursos de la Comunidad de Madrid, creando vínculos duraderos con familias madrileñas con quienes comparten parte de su tiempo. Y es que, en definitiva, lo que nos ayuda a seguir adelante en los malos momentos es la red que nos sostiene. Y de eso saben mucho en esta cena. A María, como a tantos otros, se le llena la boca de acción de gracias: "Yo estoy eternamente agradecida con ellos, y les digo una y otra vez que enhorabuena, que muchas gracias, que felicidades por todo lo que están haciendo y que espero yo verlos muchísimos años más. Muchas gracias a todos y de corazón".