La Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional ha desmantelado una organización criminal que se hizo millonaria con la importación y venta desde viviendas de toneladas y toneladas de productos falsificados, principalmente, textiles. Hay cinco personas investigadas, todas de Marruecos, de las que dos han podido ser ya detenidas. El quebranto económico es enorme y se está realizando la correspondiente investigación patrimonial, pues existen pruebas de blanqueo de capitales. Se han intervenido 130.000 enseres. Según ha podido saber ABC, la operación Karcuma (el equivalente al Black Friday turco) comenzó en enero de 2024, a raíz de la investigación de unas remesas de material que llegaban a una empresa logística de la zona este de Madrid. Entonces, estos agentes de la Comisaría General de Policía Judicial intervinieron alrededor de 100 kilos de ropa falsa. Pero falsas eran también las identidades de quienes hacían el envío, por lo que seguirles el rastro se complicó. Lograron poner nombres y apellidos a dos sujetos de la trama y después a otros tres. El caso se judicializó y poco a poco fueron tirando del hilo. Con antecedentes por hechos similares , estaban asentados en Villaverde, donde contaban con un piso que utilizaban también como almacén, y una casa en Parla, desde la que también vendían los productos. Utilizaban el boca oreja y también perfiles en Instagram, grupos de Facebook y cuentas de Telegram, que iban migrando en otras según su conveniencia. Llegaban a tener cobradores electrónicos de tarjeta en las viviendas para los pagos. Los funcionarios realizaron vigilancias en torno a estos puntos y comprobaron cómo entraban y salían tanto los encartados como los compradores con bolsas llenas de ropa. Desde camisetas de deportes a equipaciones completas, perfumes, zapatillas y cerca de 800 abrigos. De marcas falsificadas (eso sí) como Adidas, Nike, Puma, Yves Saint Laurent, Hermès, Hugo Boss, Armani, Goyard… Los dos principales sospechosos viajaban al exterior a por la mercancía. Uno lo hacía a China y el otro a Turquía: de allí traían algunos productos, los mostraban a sus clientes potenciales y luego hacían pedidos masivos y por paquetería también. La mercancía arribaba primero a una ciudad europea y, ya vía terrestre, recalaba en Madrid. Estas redes cada vez optan menos por los contenedores marítimos llenos, puesto que si es interceptado uno de esos envíos al llegar a puerto, lo perderían todo. El material lo almacenaban en una nave del municipio toledano de Chozas de Canales. Estaba destinado sobre todo para el Black Friday, Navidades y las rebajas del próximo invierno. En solo dos años han movido más de 2 millones de euros, indican fuentes del caso, que detallan que la calidad de las prendas variaban en lo que se refieren a su nivel de falsificación; las había más conseguidas que otras. El precio al que las vendían era el habitual de este tipo de comercio ilegal, muy por debajo del real de las piezas auténticas. De ello, las 21 toneladas decomisadas en los cinco registros practicados (uno en Parla, tres en Madrid y el último en Toledo) están valoradas en más de 2,8 millones. El 2 de diciembre, día de la explotación de la operación, hubo que utilizar cuatro tráileres para trasladar todo alijo a dependencias oficiales. Se están investigando los movimientos de quince cuentas corrientes, que se encuentran bloquedadas.