«Los Reyes Magos no existen para mí; siempre me pillan compitiendo»

Acaba de pasar a la historia del deporte español. Nil Llop, un patinador de El Prat, de 23 años, se ha convertido en el gran pionero, el primer español que acudirá a unos Juegos Olímpicos en patinaje de velocidad, aunque no el único. Él se centrará en la prueba de 500 metros, mientras que su plaza en los 1.000 será para Daniel Milagros. Llop atiende a ABC por videoconferencia desde su casa, adonde ha vuelto hace unas horas, como el turrón. Es un joven educado, respetuoso, inteligente. Se toma muy en serio su misión de embajador de un deporte ignoto en España. Es el Santana, el Ballesteros del patinaje . Empecemos por el final ¿Cómo ha sido la clasificación para los Juegos? Pues me han salido muy bien las dos primeras Copas del Mundo, que se disputaban en pistas muy rápidas. He conseguido buenos cronos y los puntos necesarios para clasificarme por ranking. Siempre viajando y entrenándose fuera, ¿verdad? Sí, este otoño me he preparado en Calgary (Canadá) con el grupo de mi entrenadora Sandra Gómez. En verano entrenamos patinaje sobre ruedas y en otoño/invierno ya el hielo. Sandra es todo, mi todo, mi entrenadora, mi madre, mi hermana, mi prima. Estamos siempre juntos. Es también barcelonesa, de El Prat, como yo. Usted comenzó de niño en el patinaje… Sí. Siempre he patinado. A los 4 años ya hacía velocidad sobre ruedas porque mi madre y mis tíos lo hacían. Yo jugaba al fútbol, pero me escapé un día para patinar y desde ese día ya no me he bajado de los patines. ¿Cómo se produce esa transición de las ruedas a las cuchillas? Pues fue a los 10 años. Y tuvo que ver con la candidatura olímpica Barcelona-Pirineos que se preparó para los Juegos de 2022. Todo comenzó ahí, buscando ya el sueño olímpico, lo que todo deportista anhela. ¿Qué diferencias hay entre el hielo y el patinaje sobre ruedas? Son muy diferentes, en el hielo compites contra un rival, hay dos carriles y es algo así como una contrarreloj, lo importante es el tiempo que consigues. Sobre ruedas es diferente, vas enfrentándote con tus rivales y pasando rondas si los derrotas. ¿Con qué modalidad disfruta más? Esto es como papá y mamá. Es complicado elegir. Los dos tienen cosas que me encantan. El patinaje sobre ruedas no tiene tanta repercusión… Exacto. Porque no es olímpico. ¿Qué es lo que más le gusta del hielo? Entrenar. Se consiguen velocidades increíbles. ¿Cuál ha sido su máxima? Me han llegado a registrar entre 60 y 61 kilómetros por hora de velocidad punta. Y la verdad es que yo disfruto mucho a esas velocidades, hay que estar muy concentrado y hay que cuidar mucho los patines para poder ir rápido. Todo eso me encanta, la forma como cruje el hielo cuando empujamos… esas sensaciones no se pueden explicar con palabras. Se va más rápido en hielo, o sea si usted recorre 500 metros en 35 segundos, ¿en cuánto tiempo los hace sobre ruedas? Pues en unos 40 segundos en una buena pista. Van ustedes más rápido que Usain Bolt, al que le llegaron a medir 44 kilómetros por hora. Pues sí, vamos más rápido , jajaja. ¿Qué es lo peor de ser patinador sobre hielo? Pues que desde muy pequeño me he tenido que pasar todos los inviernos fuera de casa. Eso es duro. He pasado momentos muy difíciles, desde muy pequeño. Por desgracia no tenemos instalaciones en España. Ahora ya lo he aceptado porque vas madurando, pero de niño este tema me cabreaba mucho. Te tiras desde septiembre hasta marzo fuera de tu casa, de tu gente. Lo que te mantiene es el sueño, yo tenía el objetivo olímpico muy claro, desde muy pequeño. Y compaginé bien el patienaje y los estudios. El colegio de la Blume, de Esplugues, me permitió estudiar a distancia en invierno. Es usted todo un pionero. ¿Cree que sus éxitos ayudarán a conseguir que haya pistas de velocidad sobre hielo en nuestro país? Ojalá. Pero es difícil. El mantenimiento de estas instalaciones cuesta mucho, millones de euros. Tiene que ser en un lugar con mucho frío y hay que buscar inversores. Esto no es fácil. Supongo que el lactato duele en estas pruebas. Sí, esto es duro, aunque en cierto modo le coges algo de gustillo. ¿Sí? ¿le llega a coger gusto a esa sensación? Se lo tienes que coger a la fuerza… porque si no, te adelantan. Esto es difícil de explicar, porque, cuando estás muy cansado, las piernas duelen de verdad. Usted es muy veloz. ¿Ha corrido alguna vez los 100 metros? No. Sé que soy rápido porque en pretemporada sí corremos. Pero un buen atleta me gana seguro. ¿Entrenan muchas pesas? Sí mucho fortalecimiento, ejercicios de movilidad, trabajo de cadera… todo ayuda a mejorar. Hay que dar curvas a 60 kilómetros por hora, sentir el lactato, aguantarlo, seguir empujando… hay que entrenar mucho. Usted es un velocista puro. Sí. Soy mejor en 500 metros que en 1.000. ¿Cuida la nutrición? Sí, mucho. Y tomo suplementos. ¿Toma creatina? Sí, claro, todos los días . ¡Si ya la toma todo el mundo, hasta los no deportistas, jajaja! ¿Qué patinador admira? Jordan Stolz, un estadounidense de 21 años que es buenísimo. ¿Algún deportista español? Claro. Nadal , Alcaraz, los Gasol, Fernando Alonso… Son referentes para mí, suelo leer sus biografías y espero acercarme a ellos. ¿Cuántos patinadores de hielo hay en España? Somos 40. ¿Y en el grupo de élite? Ahora somos seis. ¿Qué juniors españoles vienen fuerte? Sergi Álvarez y Ona Rodríguez. ¿Qué le falta a España para poder llegar a ser una potencia en el hielo? Pues, yo creo que para entenderlo, hay que saber que hay países en los que, en vez de jugar al fútbol, pues los niños se van al lago a patinar. Es una cuestión de tradición, de instalaciones, de invertir dinero en patinadores… ¿Qué planes tiene ahora? Tenemos los Campeonatos de Europa, en Polonia, el 6 de enero. ¡Vaya día! Ya. Es lo que hay. Los Reyes Magos no existen para mí: siempre compito. Yo, a entrenar y patinar. Ese es mi día de Reyes.