En el comedor ardía alegremente el fuego y un escalfador de plata hervía lentamente en un infiernillo de alcohol, sobre la mesa; de la mesita auxiliar, en donde había varias bandejas de plata cubiertas, encima de una plataforma metálica, debajo de la cual ardían varias lámparas de alcohol, llegaba hasta mí un aroma delicioso.