Por fuera parece una casa más, un lugar normal y corriente, pero una vez que se cruza el umbral de La Madriguera algo ocurre. Todo cambia. Uno se adentra en un espacio en el que parece que la magia es real y los seres extraños de los cuentos y los cómics cobran presencia corpórea. Se trata del taller del artista Francesc Grimalt, dibujante, escritor, músico e ilustrador, ubicado en Santa Maria, y en el que no solo vive y trabaja el artista, sino que también es aquí donde, desde hace ya 13 años, enseña aquello que él sabe hacer y nada más que eso, porque tal y como explica Grimalt: «Yo no explico nada que no sepa hacer y, de hecho, La Madriguera me ayuda a mí también. Me retroalimenta».