Un ciudadano de origen búlgaro que reside y trabaja en Palma, Ruslan Krasenov Rusev, ha llevado hasta el Defensor del Pueblo el caso en el que lleva casi un año inmerso, desde que el pasado mes de enero fuera sancionado por la Policía Local, acusándole de utilizar una Tarjeta Europea de Discapacidad -expedida en Bulgaria- que no era original y era una fotocopia en color, dudando incluso de su autenticidad. Algo que se ha empeñado en demostrar, acreditándolo incluso con documentación emitida por el ayuntamiento de la ciudad de Razgrad, que fue quien expidió la citada tarjeta.