Jane Austen, la escritora que trascendió épocas y prejuicios

“La Inglaterra en la que creció Jane Austen era una sociedad rígida como un corsé: arriba del todo los pares del reino, luego la gentry como los Austen, después la clase media que empezaba a enriquecerse con el comercio y las colonias, y abajo los jornaleros y los nuevos obreros de las fábricas que ya asomaban”, dice Yesenia Delgadillo, egresada de Creación literaria de la UACM y coordinadora editorial en la librería El Gato Lector.Este 16 de diciembre se cumplieron 250 años del nacimiento de la escritora, una de las más leídas en el mundo no solo actual sino en el de su época.En los albores del siglo XIX, en su natal Inglaterra, Austen (1775-1817) era una escritora muy leída, admirada por mujeres y hombres por igual, entre ellos uno muy especial: “El primer fanático famoso que tuvo fue Jorge, príncipe de Gales y príncipe regente quien, a través de su bibliotecario, le pidió la dedicación de Emma. Además, sir Walter Scott, que en 1815 era el escritor más famoso del planeta, escribió una reseña larguísima diciendo que nadie retrataba la vida cotidiana como ella”, dice Delgadillo. La experta dice que Winston Churchill leía Orgullo y prejuicio para relajarse en plena Segunda Guerra Mundial. “Rudyard Kipling se la sabía casi de memoria. Nabokov daba clases sobre ella en Cornell, y C. S. Lewis la ponía entre sus 10 novelas favoritas de la historia”.Rocío Saucedo, doctora y maestra en Letras por la UNAM, dice que la escritora no tenía en buena estima al príncipe regente, quien años después fue el rey Jorge IV, de 1820 a 1830. “Esto debido a sus escándalos de promiscuidad, pero aun así ella no pudo negarse y Emma se publicó con una dedicatoria él. Otro admirador de Austen fue su contemporáneo, el célebre escritor sir Walter Scott. “Desde entonces, se podría decir que ella ha sido muy apreciada por un público femenino, pero no exclusivamente. En la academia, por ejemplo, varios especialistas en su obra son hombres. La crítica social realizada por Austen y el lenguaje que emplea para ello no son sólo de interés femenino”.Su mundoEl contexto histórico y social en el que vivió Jane Austen nutrió su literatura, algunas veces más, otras menos. Esto fue clave para ganarse al público de su época: “Europa ardía: las Guerras Napoleónicas duraron casi toda su vida adulta (1793-1815). Dos de sus hermanos fueron oficiales de la Marina; en cualquier momento podía llegar la noticia de que un buque inglés había sido hundido. El país vivía en alerta permanente, con impuestos altísimos y un patriotismo exaltado. Además, la Revolución Francesa había aterrorizado a la clase propietaria. Por eso la sociedad inglesa de 1800 se volvió todavía más conservadora, más obsesionada con la etiqueta, la propiedad y el ‘qué dirán’”, comenta Delgadillo.“Este periodo en la historia inglesa se caracteriza por la elegancia desplegada en los encuentros sociales (como los famosos bailes) de las clases medias y altas y cierto refinamiento en las modas y los comportamientos. Estos rasgos son muy reconocibles en la narrativa de Austen”, dice la doctora Saucedo.Apasionada de su obra, Delgadillo comenta que en ese mundo tan estrecho —bailes de pueblo, visitas de cortesía, temporadas en Bath, cartas que viajaban durante días, rumores que podían destruir una reputación en una tarde— Jane Austen vivió siempre. “Nunca se casó, vivió como ‘pariente pobre’ después de la muerte de su padre en 1805, y escribió sus seis novelas mayores en salitas alquiladas o en la casita de Chawton que su hermano Edward le cedió”.La doctora Saucedo considera que el entorno social al que la autora prestó particular atención fue el de una clase social llamada landed gentry. “Este término se refiere a una élite formada por familias poseedoras de tierra y que podían darse el lujo de subsistir, a veces de manera muy holgada e incluso en la riqueza, con base en sus rentas. La sociedad inglesa siempre ha estado obsesivamente estratificada e incluso dentro de esta misma clase había posiciones diferenciadas”.Para Delgadillo, los libros de Austen son tratados de poder, dinero y estrategia disfrazados de bailes de salón. “Cualquier hombre que haya jugado al ajedrez, haya leído Maquiavelo o simplemente haya intentado ligar reconoce al instante el tablero en el que se mueven Darcy, Knightley o el capitán Wentworth. Sus heroínas ganan con la cabeza, no con lágrimas. Elizabeth Bennet destroza a Darcy con cuatro frases bien puestas y él termina más enamorado que antes”.Sostiene que cuando alguien dice que Austen es para chicas, “normalmente es porque solo ha visto la portada rosa o la foto de Keira Knightley con vestido imperio. Jane Austen no escribe para mujeres ni para hombres. Ella no es ‘cosa de mujeres’. Es cosa de cualquiera que tenga sentido del humor, y curiosidad por cómo funciona de verdad el mundo”.Humor y lenguaje fascinantesCon un posgrado en estudios de género, Saucedo comenta que las tramas de Jane Austen son entretenidas pero también de una complejidad que invita a la reflexión. “Es decir, pueden ser leídas como romances, pero también como sátiras agudas, entre muchas otras posibilidades. Además, están escritas con un lenguaje sumamente sugerente, que no se agota en una lectura ni en varias”. Today we celebrate 250 years of Jane Austen ✨Her stories have shaped how we imagine the world of the late 18th and early 19th centuries, and through countless film and TV adaptations, her name has become inseparable from the neoclassical style of the era. pic.twitter.com/u9MuJKisQz— V&A (@V_and_A) December 16, 2025 La doctora dice que las voces narrativas que relatan estas historias ironizan, construyen tensión emocional, van creando expectativa, sorprenden, nos mueven a la empatía y al juicio moral. “Estas novelas muestran personajes, especialmente mujeres, que validan sus sentimientos en, al menos, dos sentidos: no sometiéndolos a la maquinaria social y sus convenciones pero, a la vez, construyéndose activamente a partir de ellos como sujetos éticos, es decir, como personas con una responsabilidad moral hacía sí mismas y hacia la colectividad a la que pertenecen. “Creo que cualquier narrativa que combine esto llamará poderosamente la atención. Pero si, además, dicha narrativa tiene un humor inteligente y un uso fascinante del lenguaje, estaremos, como hoy, celebrando el nacimiento de su autora 250 años después”.Saucedo piensa que con sus obras buscamos otros modos de relacionarnos con lo que representan: “Celebrar su presencia en nuestra vida, expresar nuestra identificación y nuestro sentido de pertenencia a una comunidad que comparte ese interés y esa admiración. Esto sucede con muchos autores y muchas autoras, pero Austen particularmente genera comunidades lectoras muy definidas, muy entregadas y activas”.Soltera por convicciónPara Saucedo, hay dos razones por los que la escritora inglesa es un referente para las mujeres: “Porque todas sus novelas tienen en común la presencia de una heroína que navega las aguas turbulentas de una vida social fuertemente regulada por el patriarcado y otro tipo de estructuras de poder y logra, al final, afirmar sus deseos y, hasta donde las condiciones lo permiten, su autonomía”La otra, considera, “es por la figura misma de Jane Austen, quien forcejeó con dichas estructuras en su propia vida y logró inscribir su obra en un canon predominantemente masculino. Para muchas personas, la mayor heroína de Austen es Austen misma”.Today we celebrate the birthday of Jane Austen, one of the most influential voices in world literature. Her keen social insight, sharp wit, and unforgettable characters have transcended time, making works like Pride and Prejudice and Sense and Sensibility enduring classics. pic.twitter.com/64QYqMpF5a— Jane Austen (@austendaily) December 16, 2025 Otro rasgo de la vida de la autora que está relacionado con sus protagonistas femeninas fue no casarse:“En efecto, decidió no hacerlo. Es famosa la anécdota de que estuvo comprometida por una noche con un joven a quien conocía desde la infancia. Él le propuso matrimonio y ella aceptó, pero se retractó a la mañana siguiente. Sin duda, la unión habría sido ventajosa para ella en términos económicos y sociales, pero por su obra y sus cartas sabemos que Austen tenía la convicción de que el matrimonio no podía reducirse a eso. En aquel entonces, la mayor validación social para una mujer era estar casada y no, tristemente, escribir novelas extraordinarias. De modo que Austen renunció a no poca cosa con esta decisión”, comenta la doctora Saucedo.Delgadillo complementa: “Jane Austen no se consideraba feminista porque el concepto no existía para ella. Pero vivió y escribió como una feminista radical dentro de su tiempo: se negó a casarse sin amor, se negó a escribir mal, se negó a mentir sobre lo que veía. Ella misma lo dejó escrito: ‘Cualquier cosa es preferible a casarse sin afecto’”.La tallerista cuenta que Austen había visto demasiados matrimonios desdichados: “Su madre, siempre quejándose; primas y amigas atrapadas con maridos mediocres o crueles; su hermana Cassandra, que perdió a su prometido y nunca quiso a nadie más. Jane llegó a la conclusión de que un mal matrimonio era peor que la pobreza”.BSMM