La Navidad , sinónimo de encuentros familiares y mesas compartidas, no es una época de celebración para todos. En Valencia, miles de personas mayores viven estas fechas con un sentimiento de soledad que se intensifica ante el contraste de una sociedad volcada con la festividad. Es la llamada soledad no deseada , una realidad silenciosa que se vuelve especialmente dolorosa durante estas semanas. Según datos del Ayuntamiento de Valencia , en la ciudad residen más de 180.000 personas mayores de 65 años, de las cuales alrededor de 50.000 viven solas . Tres de cada cuatro son mujeres. A nivel autonómico, la Conselleria de Sanidad estima que el 27% de las personas mayores de 65 años en la Comunidad Valenciana vive en esta situación, un factor que puede desencadenar, aunque no siempre, el sentimiento de soledad no deseada. «No se trata de vivir solo, sino de un sentimiento subjetivo que repercute negativamente en la persona», explica Albert Quiles, director de Relaciones Institucionales de la Fundación Amics de la Gent Major, que este 2025 celebra su 25 aniversario. La pérdida de la pareja, el duelo, la ausencia de una red social cercana o incluso convivencias forzadas por necesidad económica son algunas de las situaciones que pueden provocar este sentimiento. Aunque la soledad está presente durante todo el año, Quiles señala que los dos momentos especialmente delicados son el verano y la Navidad, puesto que «son épocas que la sociedad espera con ilusión para compartir, y las personas mayores que no tienen vínculos no pueden hacerlo. Ese contraste incrementa el malestar», apunta. La Navidad, en concreto, se convierte para muchas personas mayores en una festividad que preferirían borrar del calendario. «Hay personas mayores que nos dicen que les gustaría acostarse el uno de diciembre y despertarse el siete de enero », relata Quiles. Una frase que resume el impacto emocional de estas fechas para quienes las viven en soledad. Para combatir esta realidad, la Fundación acompaña en la Comunidad Valenciana a unas 400 personas mayores gracias a la implicación de cerca de 370 voluntarios. Lo hacen a través de visitas a domicilio, acompañamiento en residencias y hospitales y actividades de socialización como tertulias, talleres y encuentros culturales. Durante la Navidad, este acompañamiento se intensifica. Bajo la campaña ' Ilumina su Navidad ', la fundación organiza comidas navideñas, actividades especiales y reparte obsequios. En Valencia, la comida de Navidad se celebró el pasado sábado, 13 de diciembre. «Si no fuera por la fundación y por esta comida, muchos de ellos no celebrarían la Navidad», afirma Quiles. «Es un día de distracción, de celebración, de sentirse parte de algo. Para personas con depresión o ansiedad, es un respiro emocional», explica. Además, el contacto intergeneracional resulta especialmente significativo, ya que «ver a tanta gente joven implicada les devuelve la esperanza y les hace pensar que no todo está perdido». Este es el caso de Loli Morant , una mujer de 85 años que ha experimentado una vida marcada por la música, el trabajo y la entrega a los demás. Durante años formó parte de una rondalla valenciana con la que llegó a actuar en espacios como el Palau o el Ateneo. «Yo he sido muy de estar cara a la gente, de cantar, de compartir», recuerda. Sin embargo, las circunstancias personales, como el cuidado prolongado de su hermana, la llevaron a una etapa de mayor aislamiento. Acostumbrada a una vida social activa, la soledad se hizo más presente, especialmente en fechas señaladas. Para ella, formar parte de la Fundación Amics de la Gent Major supuso un punto de inflexión. Gracias al acompañamiento de las personas voluntarias y a las actividades organizadas, Loli volvió a sentirse parte de un grupo. «La gente de la fundación es una familia para mí», afirma con emoción. Las llamadas, las visitas, las salidas culturales o la comida de Navidad le han devuelto la ilusión y la sensación de no estar sola. « Lo único que pedimos las personas mayores es un poco de cariño , y todo esto que hacen los voluntarios no se paga con dinero», subraya. Acompañar, aunque sea durante unas horas, a quienes solo desean que el calendario avance rápido en Navidad puede marcar la diferencia entre pasar una fecha señalada en soledad o sentir que también forman parte de la sociedad.