La crisis del Gobierno de coalición continúa acentuándose. La distancia entre PSOE y Sumar se mantiene después de que no consiguieran acercar sus posturas en la reunión de este viernes, y así lo atestiguan los comunicados enviados por cada formación tras el encuentro. Los magentas exigen una reestructuración del Ejecutivo y cambios profundos, y avisan de que "persistir en el bloqueo de la legislatura pondría en riesgo el acuerdo de investidura", mientras que los socialistas hacen oídos sordos a sus peticiones y huyen hacia delante, asegurando que "hay más puntos en común que discrepancias". Sin voluntad ni propósito de acercamiento, no hay indicadores de que el desencuentro vaya a resolverse pronto pese a que las conversaciones, exigencias y reproches se den diariamente. Las palabras de Díaz de la pasada semana escocieron mucho en La Moncloa. La vicepresidenta exigió una remodelación en profundidad del Ejecutivo, acompañada de un impulso político que se materialice en iniciativas legislativas y que saque del letargo al electorado progresista, especialmente en lo que respecta a vivienda, como la prórroga de la suspensión de los desahucios o de los contratos de alquiler que vencen en los próximos meses. Así lo volvió a plantear en el encuentro entre la secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró; su adjunto, Borja Cabezón; y dirigentes de Izquierda Unida, Más Madrid, Comunes y Movimiento Sumar. Por otro lado, los magentas también son cautos y observan cómo avanza la posibilidad de que los casos de corrupción y acoso sexual que han aflorado en el PSOE vayan a más, ya que supone una línea roja que han marcado todos los socios. De volverse incontrolable la situación en ese sentido, nadie querrá sentarse a dialogar, e incluso aunque esa línea no llegue a cruzarse, el goteo de denuncias y titulares que ya ha habido durante las últimas semanas ya ha hecho mella al Ejecutivo. "Sin reacción no hay posibilidad de renacer" "Si no hace nada, nos arrastra a todos", son las palabras textuales de un dirigente de Sumar, que apela a la reflexión y a la reacción para salir de este embrollo. "Esta es la última bala", argumenta sobre el estado de salud del Ejecutivo, cada vez más delicado. Atendiendo al comunicado de los cuatro partidos de Sumar, el malestar es palpable pese a las intentonas del PSOE por aplacarlo y rebajarlo. "Somos conscientes de que este Gobierno se enfrenta a una élite judicial, económica y política que lleva años intentando frenar por todos los medios a su alcance el cambio en nuestro país, pero eso no puede convertirse en una excusa para bunkerizarse en Ferraz y La Moncloa y no responder a una ciudadanía que exige explicaciones y transformaciones", señalan desde las filas magentas. La crítica se centra, precisamente, en que no pueden existir excusas cuando se trata de reinventarse y seguir avanzando. Desde las filas socialistas, no obstante, no ven necesaria la remodelación porque los recientes escándalos no han afectado a ningún ministro, y aseguran que existen más puntos de encuentro que de...