Dídac Cuevas, del "yo dejo el baloncesto" a liderar al Leyma Coruña

Dídac Cuevas, capitán del Leyma Coruña, es hoy un líder en el vestuario, pero sus inicios en el baloncesto no fueron un camino de rosas. Influenciado por su padre, que era entrenador, empezó a jugar desde niño en el club de su barrio en Barcelona, aunque al principio se sentía más atraído por el fútbol: "el primer año iba obligado, yo quería fútbol". A pesar de sus dudas iniciales, la pasión por el baloncesto no tardó en llegar. Con 15 años y tras destacar en las categorías inferiores, dio el salto a la cantera del Joventut de Badalona, una experiencia que considera clave, donde cambió su rol en la pista para adaptarse al profesionalismo: "De pequeño jugaba de 2. Yo era un anotador, siempre he sido un anotador. Cuando era pequeño, era pelota, meter canasta, pero cuando llegué a Badalona, lógicamente mi estatura, mi físico. Si quería dedicarme a esto, no me podía permitir jugar en la posición de 2. Y allí me dijeron: tienes que aprender a jugar de 1, tienes que aprender lo que hace un base, controlar el ritmo, entender el juego y creo que una de las cosas que más me dio Badalona fue eso, entender el baloncesto". Su talento le llevó a ir convocado con las categorías inferiores de la selección española, con la que jugó cuatro Europeos y ganó tres medallas. "Para nosotros eso era como un sueño porque estás con la selección española", recuerda. El salto al mundo profesional no fue del todo sencillo para el base. Su primera experiencia fuera de casa, en Logroño con el Clavijo, fue muy difícil y duró apenas tres meses. El punto más bajo llegó a los 19 años cuando, tras ganar una plata europea con la Sub 20, se encontró sin ofertas: "Era 15 de agosto, me acuerdo. Estaba con mi expareja cenando, y yo decía, 'yo dejo el baloncesto ya'". Una llamada de última hora de Melilla para completar la plantilla como jugador Sub 22 le dio una "última bala" que no desaprovechó. Esa oportunidad le permitió reengancharse al baloncesto profesional y demostrar su valía justo cuando su carrera parecía estancada. Tras varias temporadas de altibajos, una de las decisiones más importantes de su carrera fue quedarse en el Tizona de LEB Plata por su confianza en el entrenador Diego Ocampo. "Diego me cambió muchas cosas en lo personal, muchísimo, que me hacen ser el jugador que soy a día de hoy", afirma Cuevas sobre cómo el técnico le ayudó a corregir hábitos. Su gran rendimiento le valió una oferta del Zaragoza en la ACB a mitad de temporada, un sueño cumplido que, sin embargo, no fue como esperaba. "Empezamos en Leb Oro con Tizona, como un tiro. Y llega enero y me llega la oferta de Zaragoza de ACB. Claro, 23 años, hace tres años no tenía equipo. Y de repente, te ves con una oferta de ACB encima de la mesa. En ese momento, la cogí. Me equivoqué totalmente. Lo digo abiertamente. La experiencia me dice que me equivoqué, tenía que haber sido más paciente", admite sobre una decisión que le generó infelicidad. Después de un ascenso con Burgos y sin hueco en Zaragoza, Dídac Cuevas decidió cambiar de aires y buscar un nuevo rumbo. Este camino le ha traído a A Coruña, donde buscaba "un sitio donde se me permitiera tener mi identidad" y poder ser él mismo en la pista. En el Leyma Coruña, de la mano de Carles Marco, ha encontrado la confianza y la libertad para desarrollar su juego. "Coincidió que el club fichó ciertos jugadores que yo ya había coincidido con ellos. Entonces, hay un grupo donde ya me conocen y justo en mis mejores momentos como deportista. Y Carles también me ha dado esa libertad de decirme: Dídac, tú sé como tú eres. Y yo creo que tengo una virtud que es ser líder, y líder no es meter canastas, ni ser MVP. Ser líder es querer ganar todos los días. Y eso sí que lo tengo innato, de nacimiento. Aquí se me está permitiendo ser líder, y siempre arrastro a la gente a querer ganar todos los días", concluye el base.