La población de Avilés se mantiene estable, por encima de los 75.000 habitantes gracias, en gran medida, a la llegada de población inmigrante, que ya representa el 5,63% de la población total del municipio. Un informe del Grupo Local de Inmigración de Avilés (GLIA) basado en una muestra de 294 personas, revela una radiografía actualizada de este colectivo. La población extranjera ha crecido un 30% desde 2021, mientras que la autóctona continúa descendiendo, lo que evidencia su importancia demográfica para el municipio, el tercero de Asturias con más residentes foráneos tras Gijón y Oviedo. El estudio muestra un cambio en el origen de las personas migrantes. Si antes las nacionalidades mayoritarias eran la rumana o la marroquí, ahora proceden del continente americano. El perfil actual es el de una mujer (68,71%) de entre 26 y 45 años. Las nacionalidades más frecuentes son la colombiana (34,5%), la venezolana (19,4%) y la peruana (10,5%). Además, se constata que una gran mayoría, el 86,73%, son personas recién llegadas que llevan menos de un año recibiendo atención de las entidades sociales. El principal motivo que empuja a estas personas a dejar su país es el económico. "Viajan principalmente a nuestro país por motivos económicos", explica en COPE Avilés Begoña Bastida, una de las responsables del estudio. Sin embargo, la situación laboral que encuentran es de alta precariedad: solo un 27,55% realiza alguna actividad laboral, mayoritariamente en la economía sumergida. Más de la mitad (54,08%) se encuentra en situación de inactividad, mientras que el 18,02% está en desempleo, a pesar de que casi la mitad (48,30%) tiene experiencia profesional en España, sobre todo en el servicio doméstico y la hostelería. Esta inestabilidad económica y las dificultades burocráticas marcan sus principales demandas. Según Bastida, la mayor preocupación es la búsqueda de "información, sobre todo para poder regularizar su situación administrativa". Le siguen la necesidad de conocer los recursos del municipio, la ayuda para encontrar trabajo y vivienda y, en última instancia, la solicitud de ayudas económicas para cubrir necesidades básicas. El informe alerta de que casi la mitad de las personas atendidas, un 46,9%, presenta una o más situaciones de especial vulnerabilidad. "Hablamos de familias monoparentales, de personas sin hogar, incluso víctimas de violencia de género, de trata, de explotación sexual o para otros fines", detalla Bastida. De forma más específica, el 18,7% son familias monomarentales, un 10,20% son personas sin hogar y un 8,50% son víctimas de trata o explotación.