Criptomonedas, sobreproducción y la nueva dinámica del narcotráfico marítimo global

Las criptomonedas se han convertido en una de las herramientas más utilizadas por las organizaciones criminales para financiar y lavar las ganancias del narcotráfico internacional.Su facilidad de uso, el anonimato y la rapidez en las transacciones han permitido que los cárteles reduzcan riesgos frente a los sistemas financieros tradicionales.“Los cárteles mexicanos incluso han venido hasta Colombia para garantizar la pureza del producto… y la forma de pago es de diferentes formas. Tenemos desde criptomonedas hasta pagos con otros bienes y servicios”, explicó el capitán de fragata Juan Pablo Serrano Guzmán, director del Centro de Coordinación Operacional Internacional.Este fenómeno ocurre en un contexto donde la producción mundial de cocaína ha alcanzado niveles históricos, generando una clara sobreoferta en el mercado global.De acuerdo con cifras compartidas por la Armada de Colombia, en 2018 las campañas multinacionales permitieron el aseguramiento de aproximadamente 49 toneladas de cocaína. Para 2025, esa cifra se ha elevado a más de 640 toneladas incautadas, únicamente dentro de las operaciones coordinadas por la Estrategia Multinacional Orión.El aumento en los decomisos está directamente relacionado con la expansión de los cultivos ilícitos.“Son alrededor de más de dos mil 800 toneladas que se producirían únicamente en Colombia con los cultivos que se tienen; tal vez pueden rondar entre las tres mil toneladas”, detalló Serrano Guzmán, con base en estudios de Naciones Unidas. Esta abundancia ha provocado un fenómeno poco común: la saturación del mercado.Calidad, el diferenciador en el mercado del narcoAnte la sobreproducción y la creciente competencia con las drogas sintéticas, las organizaciones criminales han optado por incrementar la pureza de la cocaína como estrategia comercial.“Lo que estamos viendo es que las organizaciones suben la pureza para que el precio de la droga no se siga desplomando”, señaló Víctor Antonio González Badrán, director del Centro Internacional de Investigación y Análisis contra el Narcotráfico Marítimo.En algunas regiones de Europa, el consumidor ya no compite por disponibilidad, sino por calidad del producto.Los precios reflejan esta dinámica global. En el punto de producción en Sudamérica, un kilogramo de cocaína puede costar entre 500 y mil dólares. En Estados Unidos, el precio se eleva hasta los 16 mil dólares, mientras que en Europa oscila entre 16 mil y 55 mil dólares, dependiendo del riesgo de la ruta.En Oceanía, los precios alcanzan entre 90 mil y 150 mil dólares, y en algunas regiones de Asia pueden superar los 150 mil dólares por kilo, debido a la severidad de las sanciones y a la distancia logística.Esta estructura responde a una economía inelástica, donde el valor de la droga se incrementa conforme aumentan el riesgo, la distancia y las dificultades de transporte.Sin embargo, la actual sobreoferta ha provocado una ligera caída de precios en algunos mercados, lo que ha llevado a los traficantes a competir mediante mayor pureza y mejores condiciones de distribución.Cambian rutas para evadir autoridadesEn paralelo, las modalidades de traslado han cambiado. La presión de las operaciones conjuntas ha obligado a las organizaciones a abandonar rutas tradicionales y a utilizar embarcaciones legales, como pesqueros y buques mercantes, para camuflar los cargamentos. Además, se han desplazado las rutas del Caribe hacia el Pacífico y Centroamérica, buscando evadir la vigilancia marítima.La Estrategia Multinacional Orión, integrada por 65 países, ha sido clave para identificar estas transformaciones.“Sin información de inteligencia no se pueden tener los resultados”, subrayó Serrano Guzmán. En un escenario marcado por la innovación financiera, la sobreproducción de cocaína y la diversificación del mercado, la cooperación internacional se mantiene como el principal frente para contener el impacto del narcotráfico transnacional.EHR