Conoce la decoración navideña más típica de Mallorca: "Es ya un patrimonio"

La tradición de las neules calades de Mallorca ha recibido esta semana la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial, un reconocimiento que celebra la artesanía y el arraigo de estas filigranas de oblea. Este hito coincide con la presentación de la segunda edición del evento ‘II Ni de les Neules’, que se celebrará el próximo 27 de diciembre en Inca como una gran fiesta para poner en valor este arte. La ‘Nit de Neules’, que tendrá lugar el 27 de diciembre, ofrecerá un recorrido por diversas iglesias y conventos de la isla que abrirán sus puertas en horarios especiales para que el público pueda admirar las decoraciones. Durante el evento se proyectará el vídeo ‘Blanques Neules’ y la ruta contará con la animación de los xeremiers, creando una atmósfera festiva única. Entre los espacios que se podrán visitar se encuentran el convento de Sant Francesc, el de los Sagrats Cors o la basílica de Sant Antoni Abat. Además, se abrirá una capilla en el convento de las Hermanas de la Caridad de Sant Vicenç de Paül que habitualmente permanece cerrada. Montse, una de las impulsoras, ha destacado que se trata de “una fiesta de todos”, gracias a la alta participación voluntaria de vecinos y entidades. Este reconocimiento supone un gran impulso para la comunidad de artesanos, que continúan el legado de figuras como Tomàs Martínez. “Es un orgullo poder decir que las 'neules' ya son patrimonio, son Bien de Interés Cultural”, ha afirmado Chelaest, recordando que una sola pieza puede requerir siete u ocho horas de trabajo. Este arte llegó a Mallorca con la conquista del rey Jaume I desde Cataluña, donde la tradición se mantiene viva. Sin embargo, la historia reciente ha invertido los papeles, convirtiendo a los artesanos mallorquines en embajadores de esta costumbre centenaria. Hace dos años, los ‘neulers’ de Mallorca ayudaron a recuperar la tradición en la Catedral de Barcelona, donde se había perdido hacía 200 años. “En un par de días reunimos más de 400 'neules'”, ha explicado Chelaest sobre la rápida movilización que permitió enviar las piezas a Barcelona y revivir allí la costumbre.