El cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha reclamado a las administraciones “la creación de una mesa de diálogo” para abordar de manera conjunta y con mirada larga el problema de las personas sin techo y la falta de vivienda, una situación que ha calificado de “emergencia social”. Lo ha hecho en el programa Converses de COPE Catalunya i Andorra, donde ha alertado de que se trata de un reto que “hace sufrir a todos los ciudadanos” y que no puede resolverse desde una sola administración. “Es muy grave que alguien no tenga una vivienda donde vivir”, afirmó Omella, subrayando que el fenómeno del sinhogarismo “sobrepasa a un ayuntamiento y a una sola administración”. En este sentido, defendió la necesidad de sumar esfuerzos y avanzar hacia soluciones compartidas. “Tenemos que sentarnos todos alrededor de una mesa para buscar una solución común”, ha afirmado. El Arzobispo de Barcelona insistió en que la respuesta debe implicar a todas las fuerzas vivas de la sociedad, desde las administraciones públicas hasta las entidades sociales, los partidos políticos y la ciudadanía. “Si no hacemos un esfuerzo entre todos, estamos perdidos”, advirtió, remarcando que “cualquier actuación debe partir del respeto a la dignidad de las personas y a los derechos humanos”. El Cardenal Omella reclamó menos confrontación política y más capacidad de acuerdo, especialmente ante problemas estructurales como la vivienda y la migración. “Más que confrontar, tenemos que ver cuál es el problema y cómo podemos solucionarlo”, señaló, defendiendo un enfoque basado en el diálogo y la corresponsabilidad. En este contexto, el arzobispo de Barcelona introdujo una reflexión sobre el papel del Estado y de las administraciones públicas. A su juicio, las políticas sociales deben construirse desde la escucha activa y no únicamente desde decisiones unilaterales. “El Estado tiene que escuchar al pueblo, a las asociaciones y a las instituciones que trabajan sobre el terreno, y no pretender que el pueblo solo siga sus mandatos”, afirmó. En esta línea, defendió un modelo en el que la administración actúe apoyando las iniciativas sociales ya existentes. Desde la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia, Omella recordó que la respuesta debe ser también humanitaria: “No podemos ver a estas personas como un problema, sino como hermanos”, afirmó, añadiendo que los verbos que deben guiar la acción colectiva son claros: “Acoger, proteger, acompañar e integrar”. Más allá de la cuestión social, Omella destacó que se está produciendo un acercamiento de los jóvenes a la Iglesia católica. “Aquí algo se está moviendo, algo está brotando”, afirmó, en referencia al aumento de bautizos de adultos y a una mayor búsqueda espiritual entre las nuevas generaciones. En este contexto, destacó que “seis jóvenes han entrado recientemente en el Seminario de Barcelona”, un dato que considera significativo en un contexto de fuerte descenso demográfico. Juan José Omella también lamentó la escasa ayuda pública a las familias, recordando que sin políticas de apoyo resulta difícil garantizar el relevo generacional.“Hoy en día cuesta tener hijos y las familias tienen que ser ayudadas”, advirtió. En el tramo final de la entrevista, Omella se refirió al centenario de Antoni Gaudí y a la posibilidad de que el papa León XIV visite Barcelona, señalando que existe una “esperanza fundada” de que esta visita pueda producirse en el marco de la conmemoración. Asimismo, confirmó que el 21 de abril de 2026, al cumplir 80 años, quedará a disposición de lo que decida el Papa respecto a su continuidad al frente del Arzobispado de Barcelona. El cardenal cerró su intervención con un mensaje de futuro: “Necesitamos menos confrontación, más fraternidad y más justicia”, afirmó, deseando que el próximo año sea un tiempo de acuerdos, diálogo y convivencia.