Zamburiñas por Navidad: la receta para prepararlas en casa como en un restaurante

Resultan perfectas como entrante en comidas o cenas durante esta época Cinco platos para el menú de Navidad que son perfectos para congelar después las sobras Las zamburiñas son un aperitivo elegante y fácil de preparar, capaz de conquistar a los comensales desde el primer bocado. Su presentación suele ser llamativa y su sabor, fino e intenso, las convierte en una opción ideal tanto como entrante como primer plato, e incluso como segundo ligero. Además, una de sus grandes ventajas es su versatilidad en la cocina. Pueden prepararse a la plancha, al horno, hervidas o guisadas, e incluso utilizarse como relleno en empanadas o platos más elaborados. Para preparar unas zamburiñas dignas de la carta de un restaurante, el aspecto fundamental es respetar un cocinado breve y preciso, ya sea a la plancha o al horno. Este molusco requiere poco tiempo de calor para mostrar todo su potencial, ya que una cocción excesiva puede arruinar su textura delicada y su sabor natural. Precisamente por esta razón, la sencillez y el control del tiempo son claves en su elaboración. Las zamburiñas resultan perfectas como entrante en comidas o cenas navideñas, porque son un producto muy asociado a estas fechas festivas. Aunque son un producto que brilla por sí solo y no necesita demasiados acompañamientos, pueden combinarse con salsa suave, un toque de ajo y perejil, mantequilla aromatizada o incluso con otros ingredientes. Desde el punto de vista gastronómico, la zamburiña es un molusco muy apreciado, con un aspecto exterior similar al de la vieira. Al igual que esta, posee una carne comestible de gran calidad, delicada y sabrosa. Su captura se concentra principalmente en las costas del norte de España, especialmente en Galicia y Asturias. Es habitual confundir las zamburiñas con las volandeiras, ya que ambas especies son similares a simple vista. Sin embargo, aunque guardan cierto parentesco, se trata de productos distintos. La zamburiña es generalmente más pequeña y se identifica con facilidad por su concha más oscura y redondeada, que constata con su carne blanca y su coral bien definido. En cambio, la volandeira presenta una concha más clara, con tonalidades anaranjadas y una forma más plana. Otra diferencia notable entre ambas es el precio, ya que las zamburiñas suelen ser más costosas debido a su menor abundancia y mayor demanda en el mercado. Antes de cocinarlas, conviene seguir algunos consejos básicos. Si se adquieren congeladas, lo ideal es descongelarlas lentamente en la nevera, colocándolas sobre una rejilla para que pierda el agua poco a poco y evitar así un choque térmico que afecte a su textura. Una vez descongeladas, se deben abrir con cuidado y retirar las partes oscuras que rodean la carne y el coral, conservando únicamente las zonas limpias y comestibles. Posteriormente, se enjuagan suavemente con agua fría para eliminar restos de arena o impurezas. Por último, es fundamental secarlas muy bien con papel de cocina antes de llevarlas al fuego. Como recomendación final, nunca deben cocinarse en exceso, las zamburiñas se hacen en pocos minutos y deben quedar tiernas, jugosas y llenas de sabor, conservando toda su esencia. Zamburiñas La receta paso a paso Esta receta se ha convertido en un esencial durante estas fechas festivas. Con una preparación rápida y pocos ingredientes, este molusco permite crear un entrante que sorprende sin necesidad de complicaciones. En total necesitamos aproximadamente veinte minutos entre preparación y cocción. Estos son los ingredientes para cuatro comensales: Una docena de zamburiñas 50 gramos de taquitos de jamón Dos cucharadas soperas de vino blanco Una cucharadita de harina de trigo Perejil fresco 120 gramos de pan rallado Una cucharada sopera de mantequilla 90 gramos de cebolla Dos dientes de ajo Aceite de oliva virgen extra Sal y pimienta al gusto Con todos los ingredientes ya listos, es el momento de comenzar con la elaboración de la receta de forma ordenada y sin prisas. En primer lugar, pelamos la cebolla y la picamos muy fina, procurando que los trozos sean pequeños para que se integren mejor en el sofrito. A continuación, repetimos el mismo proceso con los dientes de ajo, cortándolos en láminas finas o en picado muy menudo. Seguidamente, colocamos una sartén amplia en el fuego y añadimos un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Cuando el aceite esté caliente, incorporamos la cebolla y la dejamos pochar a fuego medio hasta que esté blanda y ligeramente transparente. En ese momento, añadimos los taquitos de jamón junto con el ajo picado y removemos bien para que todos los sabores se mezclen y comiencen a potenciarse entre sí. Cuando el conjunto esté ligeramente dorado, espolvoreamos una pequeña cantidad de harina sobre el sofrito y mezclamos rápidamente para que se integre sin formar grumos. A continuación, vertemos un buen chorro de vino blanco, subimos la intensidad del fuego y dejamos que el alcohol se evapore por completo, consiguiendo así una base de sabor más equilibrada y suave. En este punto, salpimentamos al gusto y añadimos una cucharadita de salsa de tomate junto con un poco de perejil fresco picado, removiendo de nuevo hasta obtener una mezcla homogénea y aromática. Reservamos. Mientas tanto, nos ocupamos de preparar las zamburiñas. Es importante haberlas descongelado correctamente la noche anterior en la nevera. Con ayuda de un cuchillo, retiramos cuidadosamente toda la carne de la concha, limpiando bien el interior y eliminando cualquier resto. Colocamos las zamburiñas limpias en un plato y revisamos las conchas, rascándolas si fuera necesario para dejarlas completamente limpias, ya que volverán a utilizarse para el horneado. Conviene lavarlas bien, porque estarán en contacto directo con el alimento. Una vez listas, distribuimos las zamburiñas sobre una bandeja de horno, colocándolas de manera uniforme sobre sus propias conchas. Añadimos en cada una un pequeño dado de mantequilla y una cucharada del sofrito preparado anteriormente. Precalentamos el horno a 180 grados. Mientras alcanza la temperatura, espolvoreamos pan rallado por encima para aportar un acabado crujiente. Introducimos la bandeja en el horno con calor arriba y abajo durante unos cinco minutos a 180 grados. Después, subimos la temperatura a 220 grados y gratinamos un par de minutos más hasta que la superficie esté dorada y crujiente. Finalmente, retiramos las zamburiñas del horno, las espolvoreamos con un poco de perejil fresco para decorar y las servimos inmediatamente, bien calientes.