Pocos modelos en la historia del 4x4 tienen una identidad tan marcada como el Nissan Patrol. Desde su debut en 1951, ha evolucionado hacia un segmento donde la robustez, la fiabilidad y la capacidad real fuera del asfalto no son opcionales: son el núcleo del producto. Su presencia global es amplia –Oriente Medio, África, Australia, países de la CEI–, y en Estados Unidos adopta el nombre de Nissan Armada , una variante adaptada a los estándares norteamericanos. Pero según explica Antonio López, responsable mundial del desarrollo de este tipo de vehículos , esa dualidad no oculta la jerarquía técnica: «El Patrol tiene un chasis más reforzado; sigue siendo la referencia en durabilidad extrema. El Armada conserva ADN, pero el Patrol es la base diseñada para resistir condiciones severas en desierto, montaña y climas extremos». Tras 18 años fuera del mercado japonés, el modelo regresará –oficialmente anunciado en septiembre– con un planteamiento claro: recuperar el icono allí donde nació. El Patrol 2027 sigue la arquitectura característica de los Full-Size SUV de Nissan: carrocería sobre bastidor (body-on-frame). Es la fórmula clásica y la única viable para un vehículo que debe soportar torsiones, cargas dinámicas y condiciones severas. López lo resume así: «Mientras existan mercados donde el vehículo debe cruzar dunas a 50 ºC, remolcar varias toneladas o enfrentar caminos rotos, necesitas un chasis resistente y soldaduras preparadas para fatiga extrema. Esa es la esencia del Patrol». La unidad de potencia que impulsa la gama actual –y que se mantendrá evolucionada para el lanzamiento japonés– es un V6 3.5 biturbo, diseñado para ofrecer par alto a bajas revoluciones y estabilidad térmica en condiciones severas. Sin embargo, esta motorización es precisamente el motivo de que Europa esté por ahora descartada: «El 3.5 V6 biturbo no cumple las regulaciones de emisiones europeas actuales . A día de hoy no podemos vender el Patrol allí en su configuración actual», explica López. Esto no significa cerrar la puerta definitivamente : «La electrificación y la hibridación están avanzando. Si la evolución global de las normativas acompaña y hay una propuesta que combine capacidad extrema con reducción drástica de emisiones, Europa podría ser una posibilidad futura». El retorno del Patrol a Japón no nació solo de un análisis de mercado –que lo hay–, sino de un concepto interno impulsado por López: reconstruir el orgullo de marca dentro y fuera de la compañía. «Quería que los hijos de los trabajadores de nuestras plantas pudieran señalar un Patrol y decir: 'ese coche lo hace papá'. Eso crea vínculo, identidad y pertenencia». La idea fue presentada directamente a Iván Espinosa, entonces Chief Product Officer y hoy CEO de Nissan . «Le conté la historia de la primera vez que vi un Patrol en el Centro Técnico de Cuatro Vientos. Era 1989. Estaba cubierto de arena del Sáhara, con pegatinas del París-Dakar. Ganaba en diésel. Para mí fue verlo y pensar: mi padre tiene el trabajo más apasionante del mundo». Ese recuerdo de infancia acabó convirtiéndose en una estrategia de producto para Japón: u tilizar Patrol (y también el renacido Nissan Elgrand) como modelos-emblema para revitalizar la identidad de Nissan en su propio país.