En una sociedad cada vez más individualista, los gestos de amabilidad entre desconocidos son cada vez menos habituales. Sin embargo, hay acciones cotidianas aparentemente banales cargadas de simbolismo. Una de ellas es dar las gracias con la mano al conductor que se detiene para dejarnos pasar por un paso de peatones. Un ejemplo claro de comunicación no verbal, un “te he visto” y “lo valoro”, expresados en apenas un segundo pero que transmite mucha información de la persona que lo realiza.