Un fármaco trae nueva esperanza contra el tipo de cáncer de mama más frecuente: "Promete aportar un beneficio potencial en el tiempo de vida de las personas que viven con cáncer avanzado”

Un innovador tratamiento ha abierto una nueva puerta a la esperanza para las pacientes con el tipo de cáncer de mama más común. Se trata del fármaco ribociclib, comercializado como Kisqali®, que ha demostrado una eficacia sin precedentes a la hora de frenar la enfermedad, incluso en sus fases más avanzadas. Este cáncer, conocido técnicamente como HR+/HER2−, representa aproximadamente el 70% de todos los casos de tumores mamarios. Los resultados, presentados en el prestigioso San Antonio Breast Cancer Symposium® (SABCS), son especialmente significativos para el cáncer de mama metastásico, cuando la enfermedad ya se ha extendido a otras partes del cuerpo. Según un análisis de los estudios MONALEESA, una de cada cuatro pacientes tratadas en primera línea con este fármaco en combinación con terapia endocrina permaneció libre de progresión del tumor durante cuatro años o más. El análisis de los datos a largo plazo revela que el beneficio se mantiene independientemente del estado menopáusico de la paciente y de si presentaba factores de mal pronóstico, como metástasis en el hígado. De hecho, las pacientes llegaron a alcanzar una mediana de supervivencia libre de progresión de 6,8 años, una cifra que transforma las expectativas en este estadio de la enfermedad. El tratamiento, desarrollado por la farmacéutica Novartis, ha demostrado un aumento en la supervivencia global en tres estudios de fase III. Estos hallazgos refuerzan la importancia de la medicina de precisión. Así lo ha explicado el Dr. Pedram Razavi, oncólogo del Memorial Sloan Kettering Cancer Center y autor del análisis: “Nuestros análisis de biomarcadores demuestran factores clínicos y genómicos potencialmente asociados a estas respuestas extraordinarias, lo que pone de manifiesto la importancia de la medicina de precisión para identificar qué pacientes pueden obtener el mayor beneficio”. Por su parte, Mark Rutstein, director global de Desarrollo en Oncología de Novartis, ha afirmado que “Kisqali continúa cumpliendo su promesa de aportar un beneficio potencial en el tiempo de vida de las personas que viven con cáncer de mama avanzado”. Pero las buenas noticias no se limitan a la enfermedad avanzada. El fármaco también ha demostrado ser una herramienta clave para reducir el riesgo de recaída en el cáncer de mama precoz. Uno de los mayores desafíos en estas fases es evitar que la enfermedad reaparezca años después, a menudo en forma de metástasis, cuando ya no tiene cura. Un subanálisis a cinco años del estudio NATALEE ha confirmado que ribociclib, junto a un inhibidor de la aromatasa, mejora la supervivencia libre de enfermedad a distancia. En concreto, el tratamiento reduce el riesgo de recaída invasiva en un 28% a cinco años y disminuye el peligro de una recaída a distancia (metástasis) en un 30%. Este beneficio se mantiene incluso después de finalizar la terapia. El Dr. Antonio Llombart Cussac, jefe de Oncología Médica en el Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, ha destacado la relevancia de estos datos: “Es especialmente relevante que la terapia haya demostrado un beneficio consistente y clínicamente significativo en todos los perfiles de pacientes del estudio, incluidas aquellas sin afectación ganglionar”. La comunidad científica española ha jugado un papel fundamental en este avance. Nuestro país ha sido el segundo con mayor participación en el estudio NATALEE, solo por detrás de Estados Unidos. Un total de 47 hospitales de 12 comunidades autónomas, coordinados por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, han aportado 761 pacientes, casi el 15% del total mundial. El Dr. Rafael López, presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) y jefe de Oncología del Hospital Clínico de Santiago, subraya que “en los casos de alto riesgo, sigue existiendo una probabilidad importante de recaída que puede llegar a un 30%”. Además de su eficacia, el doctor destaca “su buena tolerancia y por permitir ajustes de dosis sin perder eficacia, lo que facilita la adherencia y la calidad de vida”. Este avance, por tanto, tiene el potencial de cambiar el pronóstico para un gran número de mujeres.