Recuerda Federico Villoch en una de sus Viejas postales descoloridas que entonces Obispo era una calle típica de los trópicos, alegre y exaltada, con algunos tenderetes casi sobre las aceras, bulliciosa y caldeada por una atmósfera ambarina de oro en polvo que tamizaba el sol a través de los toldos de lona que cubrían la vía en toda su trayectoria. The post Obispo, la calle de las calles first appeared on Cubadebate .