Extremadura es el principio de una nueva intentona del PP por acabar con Sánchez a bocaditos. Estrategia dudosa que ya fracasó una vez; en la pasada legislatura los populares le infligieron cuatro golpes seguidos para acabar marrando en el momento decisivo. El éxito de hoy, de cualquier modo, no está en peligro. La única incógnita no es siquiera el tamaño de la victoria de Guardiola sino el de la derrota del sanchismo en el territorio que hasta no hace mucho constituía uno de sus más sólidos latifundios políticos. Si no se equivocan las encuestas , cuyo pronóstico resulta en teoría más fácil en una región pequeña, la facturación de las derechas superará con holgura el cincuenta por ciento del voto,... Ver Más